Si bien cada reunión de los jerarcas globales convoca su cuota de manifestantes variopintos, hace tiempo que no se escuchaba el clamor de las barricadas. Durante este fin de semana, sin embargo, la reunión del G-20 en Melbourne, Australia, estuvo signada por los choques violentos entre policías y guerreros antiglobalización.
El movimiento anti está otra vez de moda. Tan es así, que el propio Bono aprovechó el concierto de Pearl Jam para agitar sus siempre ligeramente confusas banderas.
Lo interesante de esta reunión es que junta en la misma mesa a ministros de finanzas del G 8 con otras 12 naciones del mundo "en desarrollo", entre las que se encuentra Argentina (Aparentemente es el último viaje como Secretario de Alfredo Mac Laughlin). Por lo demás, la agenda de trabajo es tan amplia ("qué hacer con el crecimiento chino", por ejemplo) que los resultados de la cumbre serán seguramente irrelevantes.
¡Eso es todo amigos y allá vamos al Personal Fest! (Y esperemos a New Order no se le de por hacer política desde el escenario!).
El movimiento anti está otra vez de moda. Tan es así, que el propio Bono aprovechó el concierto de Pearl Jam para agitar sus siempre ligeramente confusas banderas.
Lo interesante de esta reunión es que junta en la misma mesa a ministros de finanzas del G 8 con otras 12 naciones del mundo "en desarrollo", entre las que se encuentra Argentina (Aparentemente es el último viaje como Secretario de Alfredo Mac Laughlin). Por lo demás, la agenda de trabajo es tan amplia ("qué hacer con el crecimiento chino", por ejemplo) que los resultados de la cumbre serán seguramente irrelevantes.
¡Eso es todo amigos y allá vamos al Personal Fest! (Y esperemos a New Order no se le de por hacer política desde el escenario!).
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