miércoles, julio 03, 2013

Templos paganos

(La foto es de National Geographic)

Para muchos las bibliotecas están destinadas a desaparecer, barridas por la ubicuidad de los contenidos en Internet y el auge del libro electrónico. Mientras tanto, en nuestro país, la decadencia de esos paraísos borgeanos parece anteceder a los cambios tecnológicos. A pesar de la extensa vida cultural de Buenos Aires, que incluye un importante número de librerías (¡y hasta nuestra Noche de Librerías!), no hemos incorporado a estos lugares del saber a nuestra civilidad como verdaderos espacios públicos.

Sin embargo, a juzgar por diferentes experiencias internacionales, es justamente ese cariz comunitario desde el cual se está gestando el regreso de estos templos paganos, ahora hibridados y fortalecidos por los avances tecnológicos.

En Rotterdam la noticia del cierre de 19 bibliotecas públicas movilizó a la comunidad y provocó un debate intenso y creativo. Con la consigna de reflexionar en torno al espacio ideal de lectura se generaron conversaciones, talleres y festivales que contaron con la participación de una gran cantidad de voluntarios. Como resultado, se refuncionalizaron otros espacios (por ejemplo, unos viejos baños públicos), para convertirlos en biblioteca, café, oficinas de trabajo colaborativo y mucho más. Ese ethos comunitario es el corazón de la biblioteca como espacio público.

En el estado de Arizona están experimentando con otra combinación sumamente interesante: Una red de incubadoras de negocios bajo el formato de espacios de trabajo colaborativo alojados dentro de las bibliotecas públicas.

Si pensamos a la biblioteca como el espacio ideal para reflexionar, trabajar y conectarse la tecnología se erige más como oportunidad que como amenaza. En la biblioteca James B. Hunt, de la Carolina State University, instalaron el Bookbot, un sistema de entrega de libros administrado enteramente por un robot. Además, el lugar cuenta con un maker space para el trabajo con impresión 3D, un laboratorio de videojuegos y cinco Christie MicroTiles, un gigantesco sistema de proyección sobre las paredes del edificio.

Finalmente, ni siquiera el libro parece esencial para el futuro de las bibliotecas, al menos en su versión física. En Texas anunciaron la apertura de la primera biblioteca bajo el sistema BiblioTech: No habrá un solo libro físico en todo el edificio.


miércoles, junio 12, 2013

Moda en movimiento


Como gran intérprete de nuestra cultura, sin dudas las moda seguirá estando de moda. De hecho, en su extremo más deprimente, la moda no es más que un símbolo de estatus puesto en evidencia por la presencia del logo de las marcas más reconocidas (de acuerdo con un estudio reseñado en The Economist, el logo a la vista trae como beneficio mayor cooperación de los demás, recomendaciones de empleo y hasta la capacidad de recaudar más fondos de caridad).

En la moda está presente una paradoja recurrente de las industrias creativas: El constante avance tecnológico al que se le opone la pulsión por volver al origen, al rigor del tiempo y a la nobleza de los materiales. El proyecto "Manufacture New York" es un buen ejemplo de esto último. Una incubadora de moda que busca retener la producción en Estados Unidos, frente al auge de la terciarización hacia los países asiáticos. Apelan al orgullo nacional y a la cercanía entre proveedores como estrategia (recreando, de algún modelo, el sistema de aglomeración italiano del siglo pasado, identificado por Piore y Sabel).

Pero la tecnología, como el tiempo, no para. La "wearable technology" (¿tecnología para llevar puesta?) es  apenas un reflejo del rol de la moda en la creciente tecnificación de nuestros cuerpos. Vale la pena revisar los conceptos presentados este año por el estudio de diseño Frog. De todos modos, aquí también aparece la solución a la paradoja que mencionada anteriormente: Gran parte de los avances tecnológicos apuntan a una mayor conexión entre las personas y a revelar las historias que se esconden detrás de nuestras decisiones a la hora de vestirnos.

Está claro entonces que queda mucha tela para cortar en torno a este tema.


miércoles, mayo 29, 2013

La venganza de los nerds



Me invitaron a escribir un artículo para la edición de marzo de la revista Bamboo. Comparto mi contribución.


Un árbol y un libro

Volver a los diecisiete después de vivir un siglo
es como descifrar signos sin ser sabio competente
volver a ser de repente tan frágil como un segundo
volver a sentir profundo como un nino frente a Dios,
eso es lo que siento yo en este instante fecundo
(Violeta Parra) 


 La imagen es verdadera aunque me cuesta precisar la fecha exacta: Mis compañeros corren detrás de una pelota aprovechando el recreo y, al costado de la cancha de fútbol, debajo de un árbol, estoy yo, inmerso en algún libro que a esa altura debe ser de Verne o de Salgari, seguramente uno de los tomos amarillos de la colección Robin Hood prestado por la biblioteca del colegio. 

Mucho antes que eso hubo un padre que nunca me llevó a la plaza para enseñarme a patear penales pero, a cambio, me transmitió el amor por la lectura (y más tarde la música, sobre todo la brasilera). De mi madre historiadora heredé el interés novelesco por las cosas del pasado y un muy tardío descubrimiento de la alquimia de la cocina. Los juegos fueron también un terreno de aprendizaje y aventura. A papá le gustaban los Lego tanto o más que a mi hermano y a mi, y una vez por año invertía un tiempo infinito en armar una ciudad entera en bloques encastrables que incluía hasta helicópteros colgando del techo. Él también me enseñó a jugar al 1914, un juego de estrategia tan perfecto que prescinde por completo del azar (take that, T.E.G.!). De hecho, recuerdo vagamente uno de esos veranos eternos y algo aburridos de la preadolescencia, en el que junto a un amigo “inventamos” un juego de mesa al que pretendíamos superador del 1914. Creo que hasta intentamos contactar a YETEM. A la historieta y a los videojuegos llegué por caminos alternativos y fueron, cada uno a su manera, refugio y escuela. En mi borrosa y caprichosa memoria conviven la gloriosa Commodore 64 (¡venía con una cassettera!) con las Nippur Magnum y D´Artagnan que compraba mi viejo. 

Crecer es acumular conocimientos alegremente inútiles para intentar dar orden al caos de un mundo que se nos revela inagotable. En los años de acné adquirí el vicio que todavía sostengo de comprar cuanta publicación independiente caiga en mis manos. En los bordes de la cultura aparecen sus pliegues más interesantes. De esos años data también el afán por cartografiar la noche inabarcable de Buenos Aires con la mirada inquieta de una Cerdos & Peces y, más tarde, un sinfín de programas de radio y revistas de rock. Pude hasta cumplir el sueño de la revista propia gracias a los dos morosos números de Introspejo, fraguada junto a unos amigos para mirar al mundo con elegancia pero sin sarcasmo. Los viajes (que afortunadamente fueron un montón, de mochila y ojos bien abiertos) contribuyeron y mucho a una educación que en el plano formal incluyó a varias universidades, entre el grado y dos maestrías con sus tesis aún en elaboración. 

Al final de esta desordenada enumeración de referencias estoy yo intentando cerrar el artículo aún sin saber muy bien a qué ingrediente culpar por mi situación actual. Me reconozco como parte de la generación flux (genial concepto acuñado por la revista Fast Company), con una identidad en tránsito, construida en constante remix de lo que soy y lo que fui, y la curiosidad como bandera. Ayuda mucho tener uno de los mejores trabajos que pudiera haber deseado, rodeado de gente entusiasta y expuesto a los creativos de una de las ciudades más creativas del planeta. Aprendo mucho y me divierto sobre la marcha. Continuará.

Enrique Avogadro es Director de Industrias Creativas y Comercio Exterior en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Es también Director del Centro Metropolitano de Diseño. Mantiene el blog tradeandme.blogspot.com y en twitter es @eavogadro


miércoles, mayo 15, 2013

Dos libros sobre ciudades

Algaculture Symbiosis Suit

Vivimos en un mundo de ciudades y, como nunca antes, tenemos la oportunidad de modelar esta nueva etapa evolutiva de la humanidad en función del despliegue territorial de nuestra especie. Dos libros más o menos recientes se dedican a pensar la ciudad desde diferentes perspectivas (nuestra "hibridación" con la naturaleza y el juego en el espacio público) y aportan interesantes propuestas para nuestro futuro urbano.

Biophilic Cities: Integrating Nature into Urban Design and Planning, es un libro del Profesor Timothy Beatley de la Universidad de Virginia (EEUU) que explora la natural afinidad del ser humano con otras especies vivas y su relación con la naturaleza en el marco urbano. Detrás de la necesaria toma de conciencia sobre el impacto ambiental de nuestros actos parece esconderse un anhelo primitivo, ancestral, por vincularnos a la naturaleza. En el libro se desarrollan una serie de indicadores para medir esta relación (el porcentaje de la población que vive cerca de espacios verdes, porcentaje de la ciudad cubierto por vegetación, el número de "techos verdes" y otras características del diseño verde, el porcentaje promedio del día que la población pasa al aire libre, la cantidad de viajes hechos a pie, el porcentaje de la población que puede identificar a la flora y la fauna local, la prioridad dada por el gobierno local a la conservación de la naturaleza, etc). Esta nota de @FastCoExist , que cita al libro, menciona también un par de informes que extienden los beneficios de las "ciudades biofílicas" al campo de la salud y al económico.

La foto que ilustra el post forma parte del proyecto Algacuture, relacionado con la biofilia desde un campo mucho más experimental. ¿Cómo vamos a alimentarnos en el futuro? El proyecto postula una alternativa extraña pero posible: Nuevos órganos artificiales que nos permitan alimentarnos de algas que crezcan sobre nuestros cuerpos gracias a la luz solar.

En The Ludic City: Exploring the Potential of Public Spaces, Quentin Stevens se pregunta sobre el rol del espacio público en las ciudades y concluye que una de sus funciones más importantes es la de permitir el despliegue de la interacción social no instrumental o el juego. Jugar en y con la ciudad es un derecho poco aprovechado por los ciudadanos. Es también un tópico bastante recurrente en este blog (vale la pena volver a leer sobre el Conflux Festival o los muchos más recientes consejos para hackear la ciudad). Quizás sea hora de apostar a la "Ciudad Lúdica" como respuesta categórica a la "Ciudad Insegura".



jueves, mayo 02, 2013

Una ciudad de colectivos

Junto a María del Rosario Escobar (Colombia) y Felipe Leal (México)

En octubre del año pasado tuve el honor de ser invitado a participar como ponente de las V Jornadas de Ciudades Creativas que se desarrollaron en Medellín. El encuentro, muy bien organizado por Fundación Kreanta, estuvo orientado a reflexionar sobre creatividad, innovación y cultura en las ciudades. Fue una oportunidad excepcional para aprender de la experiencia de otras ciudades, particularmente de Medellín. 

Jorge Melguizo fue nuestro guía de lujo  durante los días del encuentro, siempre dispuesto a compartir las lecciones aprendidas en la gestión de una ciudad que pasó de ser la metrópolis más violenta del planeta a convertirse en un ejemplo de inclusión social a través de la cultura y el urbanismo progresista. ¡Por suerte me toca volver cada tanto a Medellín!

Una de las sorpresas más interesantes de las Jornadas fue la posibilidad de escuchar a diferentes colectivos creativos de Medellín hablando sobre sus estrategias de intervención urbana. Destaco particularmente el trabajo de El Puente Lab y de Lengüita Producciones. También fue muy estimulante la presentación del mexicano Alfredo Hidalgo sobre el espacio público como estrategia territorial









A partir de la rica experiencia de Medellín estamos pensando en generar un encuentro en Buenos Aires que apunte a poner en evidencia la vitalidad de nuestros colectivos creativos urbanos. Ojalá podamos proponer contenidos tan desafiantes como los que tuvimos en las Jornadas de Ciudades Creativas. Continuará...



miércoles, abril 17, 2013

Mutaciones de una industria floreciente


Llega una nueva edición de la Feria Internacional del Libro y con ella los tópicos de siempre: Los discursos de apertura y su politización, la cantidad de visitantes y la anunciada muerte del libro. Mientras tanto, el formato en cuestión, como Mark Twain, sigue afirmando que las noticias sobre su muerte han sido exageradas. 

De todos modos, como seguramente veremos en la Feria, la apuesta a la convergencia y la exploración de nuevos formatos ha dejado de ser un terreno exclusivo de los más osados. El libro digital avanza triunfal, gracias a la popularización de tabletas, lectores digitales y teléfonos inteligentes. Amazon anunció hace un par de años que vende más tinta electrónica que análoga. Detrás de estas noticias se esconde un fenómeno aún más interesante: El surgimiento del "single" como nuevo formato en la industria editorial (la novelista Consuelo Saah Baehr es uno de los tantos casos de éxito de esta nueva plataforma).

Para vislumbrar el tenor de los cambios en marcha vale la pena leer este artículo sobre Angela James, de Harlequin, publicado en Fast Company. La nota, que me recuerda mucho a la charla de Patricia Arancibia en nuestra Conferencia Editorial, disecciona el nuevos modelo de negocios que sostiene el boom de ventas de e-books de romance y eróticos: a) Mayor porcentaje de la venta para los autores, sin pagar adelantos, para aumentar la oferta y llegar más rápido al mercado; b) Equipo chico de editores free lance; y, c) Venta sin DRM, para fomentar el intercambio casual y no enojar a los lectores.

La historia del libro digital también se escribe en China pero con una trama diferente: Allí, una literatura nacida en Internet, salteando por completo los canales tradicionales de promoción y distribución, es consumida ávidamente en los nuevos formatos, popularizando géneros y autores con características muy particulares:

Some of the newly popular online genres, such as romance, exist everywhere. Others could be termed fiction with Chinese characteristics: grave-robbing stories, for example; official corruption fables involving scheming cadres; and time-travel books where 2,000-year-old warriors pop into a contemporary Beijing disco.
(The East is Read - The Economist).

¡Ojalá la Feria nos depare sorpresas en nuestra siempre vital y cambiante industria editorial!


jueves, abril 04, 2013

La Ciudad de Moda (y también Digital)

El desfile de Fabián Zitta en La Ciudad de Moda (Foto: Fashion World)

La moda y tecnología están cada vez más conectadas (¿valga la redundancia?). Aparece con fuerza una aparente paradoja que ya hemos mencionado anteriormente: La carrera hacia el futuro parece contradecir el retorno al origen, al vínculo con los materiales nobles y con las historias detrás de los productos, que también es tendencia en las industrias creativas. Sin embargo, la tecnología también nos permite conocernos, conectarnos y expresarnos en red, a escala planetaria. La clave sigue siendo poder contar buenas historias.

La impresión 3D, por ejemplo, ya ha irrumpido triunfalmente en las pasarelas, para desconcierto de algunos puristas:

Recently, on the catwalks of the Spring Fashion Week 2013 in Paris, 3D printing was again a major highlight in Iris van Herpen’s Haute Couture show, ‘VOLTAGE’. Collaborating with 2 pioneers of the 3D printing industry, the Dutch designer presented never-before-seen 3D printed Haute Couture. Van Herpen is without any doubt the leading lady of Haute Couture and 3D printed fashion.

Más allá de la sorpresa inicial, el fenómeno señala una interesante tendencia hacia la personalización, a la posibilidad de imprimir la propia vestimenta en tantas variantes como personas habitan este planeta. La impresión 3D también augura un futuro de mayor conciencia ecológica en el que cada uno pueda reparar y reutilizar su ropa.

La moda, como todas las industrias creativas, tiende a ser un contenido. Hay cientos de experimentos tecnológicos que hablan más o menos de lo mismo: a) Ampliar la experiencia; b) Ofrecer una conexión 24 x 7 ; c) Socialización extrema a través de las redes sociales; d) Emergencia de nuevos actores sociales a partir de la reputación en Internet; y, e) Redefinición del rol de los curadores en la red.

Como dijimos, hay cientos, miles de ejemplos. Basta ver lo que sucede en cada London Fashion Week o recorrer la lista de las compañías de moda más innovadoras del mundo, compilada por la revista Fast Company. Christopher Bailey, Chief Creative Officer de Burberry, hace hincapié en los desafíos que enfrentan las empresas en esta interesante entrevista:

Juxtaposed with more traditional racks of clothing and accessory and fragrance displays, Bailey’s plan for Regent Street includes one large-scale video screen to draw browsers in. In addition, “there will be many screens throughout the space,” he explains, “which are not going to be gimmicks,” he adds with a quiet laugh. Rather, Bailey’s intent is to merge the physical and digital retail worlds by providing an evolving array of visual and musical content that informs all aspects of the brand. “It is going to talk to very different types of people,” Bailey says.

¿Cómo estamos viviendo este fenómeno en Argentina? Todavía es muy reciente para emitir un diagnóstico, pero es auspicioso ver aparecer nuevos actores. ¡Ojalá la próxima edición de La Ciudad de Moda de cuenta de esta tendencia!


miércoles, marzo 20, 2013

Es tuya, Juan

(Imagen robada de acá)


Este humilde blog aboga con cierta regularidad por la participación ciudadana. Si realmente existen tantas ciudades como ciudadanos, es decir, si hay tantas ciudades posibles como las que nos animemos a contar y vivir cada uno de nosotros, entonces el destino está claramente en nuestras manos. Cada tanto aparecen manuales de instrucciones para facilitar la vida del activista urbano ocasional. 

De hecho, y como ya hemos visto, el propio design thinking tiene mucho que decir respecto a la configuración de nuestras urbes y a nuestro rol en la definición de las mismas. La consultora de diseño Frog acaba de publicar para descarga gratuita su Collective Action Toolkit (Vía Co.Design), con la intención de empoderar comunidades y grupos de interés de países en desarrollo a través de herramientas muy sencillas. Es un proyecto generoso y con un enorme potencial. Ojalá tenga en breve una versión en castellano. 

En un plano más lúdico, Pivot Dublin propone tres formas sencillas de "hackear" la ciudad: 1. La psico geografía o deriva urbana (¡uno de mis "juegos" preferidos en la ciudad! Ver acá y acá); 2. El parkour (al que podría sumarse el skate y otras variantes urbanas); y 3. El hackeo de un espacio físico (apuntando a explorar y resignificar los intersticios, los lugares abandonados, las cicactrices de la ciudad).

Vivir en una ciudad es una aventura fascinante si sabemos aprovecharla. ¡Habrá que abrir la puerta y salir a jugar!


jueves, marzo 07, 2013

Algunos dilemas de la impresión tridimensional

El sueño de la Trimaker produce monstruos

Ya hemos reseñado aquí los albores de la revolución que Chris Anderson señala en su nuevo libro Makers: El mundo está a punto de ser tomado por asalto por una horda de impresoras 3D a bajo precio y con usos todavía insospechados. Y todo indica que Argentina también será parte de esta historia que recién ahora empieza a tomar forma.

Gracias a la invitación de @emilianchamorro pude ver en acción a la @Trimaker1 , impresora 3D de fabricación nacional que está todavía en etapa de testeo. Arriba pueden verse algunos de sus "frutos". En diferentes países, mientras tanto, proliferan los espacios de trabajo colaborativo que mencionamos en este post anterior. Ya hay en carpeta algunos proyectos similares en Buenos Aires y, si las trabas a las importaciones no complican excesivamente las cosas, en breve estarán funcionando. De hecho, hasta nuestro Centro Metropolitano de Diseño (CMD) podría plantearse, en otras funciones, como un gran espacio de experimentación para inventores y diseñadores.

Estos avances vienen acompañados de dilemas interesantes y novedosos. A mediados del año pasado Clive Thompson publicó el artículo "New Tech V. Old Laws" en la revista Wired, alertando sobre los peligros inherentes a aplicar el marco legal actual a estas nuevas configuraciones productivas:

So really, the longer-term danger here is that manufacturers will decide the laws aren’t powerful enough. Once kids start merrily copying toys, manufacturers will push to hobble 3-D printing with laws similar to the Stop Online Piracy Act. “You’ll have people going to Washington and saying we need new rights,” Weinberg frets. Imagine laws that keep 3-D printers from outputting anything but objects “authorized” by megacorporations — DRM for the physical world. To stave this off, Weinberg is trying to educate legislators now. I hope he’s successful. After all, 3-D printers aren’t just about copying. They’re a powerful new tool for experimenting with the design of the physical world, for thinking, for generating new culture, for stretching our imaginations.

Pero también la poesía se esconde en los fríos mecanismos y en la cadencia regular de estas impresoras. ¿La tecnología nos permite volver a encontrarnos con nosotros mismos, con nuestra capacidad de soñar y plasmar en materia lo que soñamos? ¿Podemos nuevamente contar historias a partir de lo que fabricamos a escala humana? ¿Vamos a una lucha del hombre contra las máquinas o una hibridación consciente y más poderosa? 

Vale la pena echarle una mirada al artículo "O homem e a máquina" de Juliana Lopes sobre una curiosa "acción" desarrollada durante la Semana del Diseño en Milán en 2012. Allí el artista Dominic Wilcox planteó una lucha contra una impresora 3D, trabajando codo a codo junto a la máquina para ver quién desarrollaba el mismo producto en menor tiempo. La máquina, por supuesto, le ganó al hombre pero sin duda hay algo noble en el sudor del artesano y en perfecta e irrepetible imperfección de su obra. Espero que nunca perdamos la capacidad de sorpresa.


martes, febrero 19, 2013

Recordando Belo Horizonte



En octubre del año pasado fui invitado a participar como orador del Seminário Internacional de Economia Criativa e Design, organizado por SEBRAE MG en Belo Horizonte, capital del Estado de Minas Gerais en Brasil. Fueron dos días muy intensos, no solo por la calidad de las charlas sino también por la oportunidad de visitar diferentes muestras de la IV Bienal Brasileira de Design, que había tomado por asalto la ciudad. 


Biblioteca Pública Estadual Luiz de Bessa - Belo Horizonte


El seminario se desarrolló en el bonito auditorio de la Biblioteca Pública Luiz de Bessa, en el centro de Belo Horizonte. Ante un auditorio colmado y entusiasta, pude presenciar la interesante presentación de Oriol Pibernat, de la Escuela de Diseño y Arte (EINA) de Barcelona, quien disertó sobre el rol social del diseño. Fue también relevante la charla de Deyan Sudjic, Director del Design Museum londinense. Finalmente, Max Reichel, de Oppa, le voló la cabeza a todos los presentes con una visión muy Silicon Valley y dispuesto a tomar por asalto al mercado de diseño brasilero. Aprovecho para compartir mi charla en un más que esforzado portugués:




Para terminar, algo de información sobre la muestra de Ronaldo Fraga, a quien tuvimos el honor de recibir como invitado de nuestro último Festival Internacional de Diseño en Buenos Aires. Recorrer la exposición fue como pasear por dentro de Ronaldo, de su cabeza y espíritu.