martes, diciembre 11, 2012

¿Vuelta a las raíces?



¡Nuestro pasto es ahora el más verde!

El mundo de las cosas está experimentando algunos cambios importantes y cuyo impacto en los sistemas de producción globales apenas empieza a vislumbrarse. El "fin de la historia" parecía anclado en la producción masiva y barata en China hasta que, de pronto, la manufactura en origen vuelve a ser importante. Vale la pena leer esta nota del New York Times sobre el regreso del "Made in USA":

The movement has come far enough that Mr. Schiff, a former advertising executive from Miami, believed the time was right to start a Gilt-like shopping site for the Americana set, selling items like shuttle-loom jeans, lace baby dolls and a 19th-century-style baseball made of leather sourced from a Chicago tannery. “The old ‘Buy American’ is get something lousy and pay more,” said Mr. Schiff, 45. Now “it’s a premium product.”

Las personas buscan vincularse de otra manera con los objetos, persiguen la trascendencia, las historias detrás de las cosas. Importa el origen porque importa la experiencia y el sentido de pertenencia. Los atributos nobles asociados a la producción en origen se ven ahora reforzados por una dedicación extrema a la calidad. Este fenómeno representa una oportunidad también para comunidades más chicas, en la medida que puedan articular un mensaje identitario fuerte pero traducible globalmente:

The newfound pride also extends to American cities and smaller communities. Made in Brooklyn is a phenomenon so self-aware, there are stores like By Brooklyn that specialize in products made in the borough. Similarly, an old shoe-polish brand called Shinola has recently been revived to make upscale watches, bicycles and other crafted goods in Detroit and is being promoted as “Made in Detroit.”

Adiós a China (para algunos)

La posición china también se ve amenazada por la "nueva revolución industrial" anunciada por Chris Anderson (autor del concepto de Long Tail o Larga Cola, editor de WIRED y fundador de TED, entre muchos otros proyectos) en su último libro "Makers".

La automatización creciente le sirve a Anderson para justificar otra de las tesis de su libro, el retorno de parte de la industria manufacturera deslocalizada en China: "El mundo quiere cadenas de producción más cortas por la eficiencia, la flexibilidad, la reducción de riesgos políticos y la protección al medio ambiente. En EE.UU. la producción local está creciendo en la misma medida en que disminuye la importancia relativa de los costos laborales en la fabricación de los productos, teniendo en cuenta que hay mercados de hasta 10 mil unidades en los que no hacen falta grandes economías de escala" (Ieco. Clarín. 4/11/2012). 

Makers presenta un mundo que está a la vuelta de la esquina: Todos somos potenciales fabricantes gracias a los costos cada vez más accesibles de la tecnología (materializado en las impresoras 3D y en la proliferación de maker labs y otros espacios colaborativos). El auge del crowdfunding y la circulación cada vez más horizontal de las inversiones son pilares centrales en este nuevo ecosistema que está emergiendo.

La distribución también se aggiorna y agrega valor a partir del renovado interés por la experiencia. Etsy es tan solo un ejemplo de los nuevos canales que van surgiendo para ofrecer no solo productos sino también su contexto.

Mentime que me gusta

Este año la revista Fast Company publicó un artículo que puso el acento en una de las aristas más bizarras de la vuelta al origen: La falsa autencididad:

Freemans is a pioneer in a trend that we have seen happening for a while now, striving for a sort of refined, woolly, arts-and-craftsy, anachronistic Americana feeling. Think taxidermy, hand-cobbled brogues, and cocktails made with rye. The common denominator in this trend seems to be a yearning for the “authentic.” Interestingly, things don’t need to actually be authentic as long as they feel authentic. In fact, they can be completely fake. Take Hipstamatic or Instagram, apps that let you simulate the look and feel of different types of old film photographs right in your iPhone, transforming your life as seen through Twitter and Facebook into a French new wave cinema storyboard. People have the ability to edit and broadcast their lives, and a lot of them are choosing to do so through an idealized analog retro filter in which they candidly appear as if they weren’t aware of being watched. Perhaps a postmodernist would call this inauthentic authenticity.

A la larga es probable que la oferta tienda a "descremarse" ya que habrá siempre personas buscando un contacto directo con lo "real" (¡sea lo que sea lo real!).


martes, noviembre 27, 2012

Grandes y conectadas


En Brasil las grandes empresas (y hay muchas en el país vecino) están tomando nota del potencial que representa para ellas el conectarse a la cultura emprendedora. La innovación, ese grial tan elusivo, se produce cada vez más fuera de las rígidas fronteras de estas multilatinas por lo que muchas se afanan por alcanzarla en su origen. Dos ejemplos en distintos sectores de la economía ilustran bien el fenómeno.

La industria petrolera brasilera está viviendo un boom a partir del descubrimiento de enormes reservas en el pre sal (formación geológica submarina) y Petrobras aparece en el centro de todos los desarrollos en el sector. Sin embargo, a la sombra del gigante está brotando un sinfín de nuevas empresas que proveen soluciones extremadamente innovadoras para responder a los desafíos energéticos de Brasil. Muchas de estas compañías surgen de las universidades y están formadas por investigadores que por primera vez se atreven a emprender. Es un cambio de paradigma para países como los nuestros en los que hay casi nula relación entre la academia y el sector privado. Petrobras y otras multinacionales que operan en Brasil abrazan la causa con entusiasmo, abriendo sus datos a los start ups e invirtiendo en ellos (Vale la pena leer el artículo "Um mar de ideas" en la revista Veja de Brasil del 24/10/2012. El link lamentablemente no está en línea).

El segundo ejemplo es también interesante por lo novedoso, sobre todo para el contexto regional. Skol, una de las cervezas más populares de Brasil, abrió una oficina en Palo Alto (Silicon Valley) para explorar nuevas formas de vinculación con los consumidores a través de la tecnología (puede leerse más sobre el tema en la revista Época Negócios de Octubre 2012).

Argentina es un campo fértil para el emprendedorismo y en los últimos años han nacido proyectos enormemente innovadores. Ojalá nuestras grandes empresas (y pocas multilatinas) sepan aprovechar esta oportunidad.


martes, noviembre 13, 2012

Escuela de Inventores



Gracias al newsletter de las Do Lectures llegué a DIY, una organización que busca impulsar la creatividad en los niños incentivando la adquisición de habilidades manuales, el espíritu inquisitivo y el trabajo en equipo. ¿Cómo formar profesionales para carreras que todavía no han sido inventadas? DIY es una respuesta posible. Es un proyecto para imitar por estos lares. Build. Make. Hack. Grow.



Build. Make. Hack. Grow. from DIY on Vimeo.


martes, octubre 02, 2012

El mundo en tus manos (2)


El consumo, dijimos antes, ya no es lo que era. El nuevo consumo recurre al pasado para reencontrarse con una noción del valor de las cosas ligada a la experiencia y a la nobleza de los materiales y su manufactura.

El rechazo al mercado masivo generar nichos importantes, como puede evidenciarse en esta nota de Anita Patil en el NY Times. Se extienden los cursos de manualidades en los temas más variados (artesanías, fabricación de telescopios o perfumes, desarrollo de robots, por mencionar algunos) que apelan al redescubrimiento de nuestra capacidad para transformar el mundo con nuestras manos (para una profunda reflexión sobre este tema recomiendo con fervor "El artesano" de Richard Sennett, libro que aún no he terminado). 

La revolución del maker movement también nos conecta con nuestra capacidad de dar vida a las cosas "muertas" que nos rodean y tiene, como lo demuestran los Repair Cafes holandeses, un impacto muy positivo en el desarrollo de lazos solidarios en la comunidad:

Conceived of as a way to help people reduce waste, the Repair Cafe concept has taken off since its debut 2 ½ years ago. The Repair Cafe Foundation has raised about $525,000 through a grant from the Dutch government, support from foundations and small donations. Thirty groups have started Repair Cafes across the Netherlands, where neighbors pool their skills and labor for a few hours a month to mend holey clothing and revivify old coffee makers, broken lamps, vacuum cleaners and toasters, as well as at least one electric organ, a washing machine and an orange juice press. "In Europe, we throw out so many things," said Martine Postma, a former journalist who came up with the concept after the birth of her second child led her to think more about the environment. "It's a shame because the things we throw away are usually not that broken. There are more and more people in the world, and we can't keep handling things the way we do.

La lógica que motoriza al consumo colaborativo comparte esta misma raíz solidaria. En Francia, por ejemplo, están experimentando con un modelo P2P de lavado de ropa, alentando a los vecinos a compartir sus lavarropas. En San Francisco, por su parte, están probando un sistema para compartir scooters siguiendo el éxito de programas de uso temporario de bicicletas y autos en el mundo entero. Compartir implica, ante todo, generar confianza entre desconocidos lo cual tiende a resignificar los vínculos ciudadanos, sobre todo en nuestras grandes metrópolis.

Vale la pena leer a John Thackara, especialista de diseño inglés, sobre un concepto con gran carga ideológica: The Five Per Cent Energy Future. 

For design, this means letting go of the idea that our energy crisis is some kind of practical problem to be fixed. But the long descent of industrial society is not the only show in town. Rather than dream of a global switch to renewables that cannot and will not happen, the wiser course is to focus our creative efforts on low-energy replacements for today’s gas-guzzling support systems. Our focus should be services and infrastructures that require five per cent of the energy throughputs that we are accustomed to now. That's the energy regime we're likely to end up with, so why not work on that basis from now on? Is five percent impossible? On the contrary. For eighty percent of the world's population, five percent energy is their lived reality today. Their situation is usually described as poverty, or a lack of development, but there are numerous ways in which the South's five percent delivers the same value as our 100-percent-and-rising.

El desafío está claramente planteado: ¿Cómo diseñamos productos para un mundo que deberá consumir menos? (Aunque hay quienes niegan un posible apocalipsis energético). La pregunta puede extenderse a la escala urbana. ¿Cómo diseñamos ciudades para este nuevo escenario? Un proyecto para rediseñar por completo la forma en la que plantamos árboles en las ciudades es un buen ejemplo del pensamiento fuera de la caja al que tendremos que apelar. Consumimos y producimos en las ciudades y ahí es donde impactarán más fuerte todos estos cambios.


martes, septiembre 18, 2012

El mundo en tus manos (1)


El cambio en la forma en la que consumimos es un fenómeno potencialmente disruptivo para nuestra sociedad y ya se están sintiendo los primeros síntomas. Aparece con cada vez más fuerza un consumidor consciente, informado y responsable, tanto a nivel ambiental como social. El auge del consumo colaborativo es una clara manifestación de la emergencia de este sujeto.

Como causa y consecuencia de esta tendencia, el valor del trabajo vuelve a ser reconocido. El sentido de las cosas es funcional pero también identitario. Valoramos la maestría que dan los años, el trabajo del artesano que no hay forma de apurar y las historias individuales escondidas en los objetos. El regreso del movimiento "Hágalo Usted Mismo" o DIY (por sus siglas en inglés) es otra reacción frente a estos cambios sociales. Metemos mano en las cosas para entenderlas, para saber de qué están hechas y qué secretos mecanismos las movilizan. Metemos mano para contar nuestras propias historias.

La foto que ilustra el post es del Techshop San Jose en Silicon Valley, parte de la red Techshop que se está desplegando con fuerza en todo Estados Unidos. La propuesta es simple y genial: Un galpón con todas las herramientas que cualquier inventor soñaría con tener, a disposición de cualquiera por una baja cuota mensual y con intensa agenda de capacitación para que todos se le animen a las máquinas. Como veíamos hace poco analizando la masificación de la impresión 3D, la revolución productiva (¡hay que exorcizar el concepto!) está a la vuelta de la esquina. Y, como lo demuestra el Santiago Maker Space, nuestra región no piensa quedarse atrás.

Los espacios de trabajo colaborativo (acá hemos hablado del HUB Madrid o el HUB São Paulo, por mencionar dos buenos ejemplos) surgen como conectores naturales de las mudanzas en el consumo y la producción mencionados antes, y podrían transformarse en pilares de la ciudad creativa. Hay infinitos formatos posibles en un sector que se destaca justamente por la innovación constante. General Assembly en la Ciudad de Nueva York es uno de los casos recientes más estudiados por su énfasis en los servicios que trascienden la pura provisión de espacio de trabajo. De hecho, tal como lo demuestra esta interesante reseña, General Assembly se distingue por apuntar a construir una sólida comunidad y, sobre todo, una oferta de capacitación veloz y disruptiva. Estos espacios plantean, además, la necesidad de modificar normativas para no limitar el espíritu innovador de los emprendedores que los lideran.

jueves, septiembre 06, 2012

“Hay que perder el miedo a la relación cultura y economía”


Nota en Los Ríos Informa sobre mi reciente visita a Valdivia (Chile), escrita por Cecilia López Maltrain.

El Director de Industrias Creativas del Gobierno de Buenos Aires, Argentina, estuvo en Valdivia como invitado del Consejo Regional de Cultura al Seminario sobre emprendimiento cultural. 

“Por mucho tiempo los sectores de cultura y economía han estado separados. La irrupción de las llamadas industrias creativas, donde el conocimiento, la creatividad y el intangible se valoran como parte del modelo de negocio ha provocado el acercamiento de estos sectores, a los cuales no hay que temer. La convergencia de ambos genera oportunidades en la llamada nueva economía, donde ciudades como Valdivia tiene mucho que aportar por su entorno natural, por su fuerte presencia universitaria, por el alto movimiento artístico cultural”, propone Enrique Avogadro, Director General de Industrias Creativas y Comercio exterior del Gobierno de Buenos Aires, Argentina. 

Avogadro estuvo en Valdivia durante 48 horas para asistir como invitado especial al 2do Seminario de Emprendimiento Cultural, que organizó el Consejo Regional de Cultura en alianza con Sercotec y el apoyo de la Universidad San Sebastián. Iniciativa que forma parte del Programa de Emprendimiento Cultural que ha desarrollado varias actividades desde mayo 2012, como talleres, charlas, encuentro de redes, este seminario y otras que se efectuarán antes de fin de año, como intervenciones públicas. 

Junto al él también participó el Jefe de Estudios del Consejo Nacional de la Cultura, Matías Zurita, quien entregó avances sobre el Mapeo de Industrias Creativas que está llevando a cabo la institución, aportando datos inéditos de interés para la región. “Este documento está en proceso de elaboración y esperamos se convierta en un aporte estadístico y conceptual importante para la toma de decisiones en estas materias, especialmente en aquellas ciudades y/o regiones que como Los Ríos están apostando fuerte por este tipo de sector”. 

El experto argentino mostró a la audiencia un análisis del avance de las industrias creativas en Argentina y, específicamente en Buenos Aires, poniendo énfasis en lo importante “que es el aporte de los propios emprendedores en este proceso. Lo que está haciendo el Consejo Regional de Cultura y Sercotec es una estupenda propuesta de condiciones básicas para que los emprendimientos se desarrollen, pero la apuesta del éxito siempre debe ser guiada por el propio emprendedor a través de su modelo de negocio, que siempre es único para cada proyecto”, precisó Avogadro. 

Ruta del Emprendimiento 

Este seminario que tuvo como eslogan: “Apuesta estratégica de la Región de Los Ríos” forma parte de un programa denominado “Ruta del Emprendimiento Cultural” que este año ha desarrollado el Consejo Regional de Cultura junto a Sercotec Los Ríos tras la firma del convenio de colaboración establecida en mayo del 2012. Dicho programa contempló la realización del 2do Programa de Especialización en Emprendimiento Cultural, entre junio y agosto donde participaron 35 personas. Además del encuentro de Redes Culturales efectuado el 21 de agosto con emprendedores de la región. Seguido por tutorías y charlas. El programa continúa este segundo semestre con intervenciones públicas y con el llamado a una línea de financiamiento que espera estar disponible antes de fin de año.

martes, agosto 14, 2012

Nuevos rumbos de la ciudad creativa


Las ciudades son campos de experimentación fascinantes para el despliegue de tecnologías sociales que promuevan el desarrollo de la comunidad. El cruce entre tecnología y participación social es el motor de la ciudad creativa, tal como lo están demostrando experiencias concretas en el mundo entero. Con el afán de etiquetar de alguna manera el desorden de mis apuntes sobre el tema me atrevo a proponer tres campos de innovación para las ciudades creativas.

Resiliencia

La capacidad para sobreponerse a los contratiempos es un rasgo esencial para nuestras ciudades, afectadas por un entorno cada vez más impredecible y por macrotendencias de alcance incierto. La resiliencia a nivel urbano puede verificarse en la multitud de proyectos en los que la propia comunidad toma la iniciativa para proponer mejoras sustantivas. Love Your Streets, por ejemplo, es una organización británica que invita a realizar una buena y sencilla acción comunitaria cada día. Message in Motion, por su parte, ofrece la posibilidad de compartir videos cortos con experiencias personales y sociales a través de una camioneta que recorre la ciudad diseminando estos mensajes. Cause.it, finalmente, es una aplicación que permite recompensar con puntos de descuento en comercios participantes del programa a quienes desarrollen acciones comunitarias.

El envejecimiento poblacional de las ciudades también requiere de una reacción concertada por parte de la comunidad, orientada a valorar la experiencia de los adultos mayores, extender su participación en el mercado del trabajo y ampliar los vínculos familiares y sociales:

Too often we have a deficit model of ageing, older people characterised as resource consumers who are dependent and need protecting. It is much rarer to find examples of engagement and dialogue about the positive contribution of older people. There is a golden opportunity to celebrate and promote the economic contribution of older people – now is the time for a more consistent engagement focused on how people can maintain their economic activity and refresh their skills in a commercial setting or by contributing to the local social economy (NewStart).

Age Friendly NYC o la Subsecretaría de la Tercera Edad en la Ciudad de Buenos Aires son apenas un par de ejemplos de programas impulsados desde el Estado. De todos modos, es mucho más poderoso el efecto de estas iniciativas en la medida que la propia comunidad se adueñe de estas herramientas.


La ciudad laboratorio

"Jugar en la ciudad" es un tópico recurrente de este blog. Hay un potencial dormido en la posibilidades de experimentación que ofrece el espacio público. A los ejemplos reseñados anteriormente podemos sumar muchos otros.

Lo nuevo de lo nuevo parece ser la cría de abejas en las ciudades. Portland, como casi siempre, picó en punta en una moda que se extiende rápidamente a otras ciudades de Estados Unidos y Europa. Lo interesante, desde el punto de vista de la experimentación, es todavía no están claras las consecuencias de esta tendencia. En la misma línea puede analizarse la expansión de los huertos urbanos y, en menos tiempo del que pensamos, la llegada de los mega invernadores verticales.

Los espacios "vacíos" en las ciudades plantean un desafío que trasciende a los propietarios de dichos solares, tal como lo demuestra este texto sobre Vacíos Urbanos Autogestionados. Los límites al derecho de propiedad adquieren así una dimensión mucho más creativa: El uso temporal de los espacios no aprovechados no vulnera los derechos de sus legítimos dueños. Se impone la necesidad de diseñar un nuevo marco legal en el que convivan las genuinas aspiraciones de la comunidad a "activar" predios abandonados junto al interés de los propietarios (como nota al pie, de todos modos, quiero mencionar el comentario de un lector de este blog que abogó hace un tiempo por la poética del vacío, invitando a no modificar los descampados y otros espacios abandonados de nuestras ciudades).

Lucky Ant, una plataforma de crowdfunding hiper local que busca apoyar a los comercios barriales, es otro proyecto que aprovecha la tecnología y la participación social como provocar una transformación real del desarrollo económico local. ¡Ojalá que prospere y aparezca por acá! (en su versión original o través de un copycat).


Nuevos conceptos para entender la realidad

Entre el ruido de proyectos transformadores van surgiendo algunos conceptos que pueden ser útiles para interpretar la metamorfosis de la ciudad creativa.

El "placemaking" es un concepto imperfectamente traducible en "planificación y acción urbana" o "planificación y acción del espacio público". Rod Stevens propone en este artículo una analogía interesante con la informática: The Software of Placemaking:

Back to the computer analogy: one of the essential questions for the upgrade of Apple’s operating systems is backwards integration: how many old applications should they continue to support, and at what cost to speed and elegance and new features? This is the same question for effectively managing and programming real estate, be that a place to live, work, learn, shop or play. What Sher and Biederman have shown is the value and success that comes from paying attention to real and immediate needs. Get the basics right, and your customers will come along with you and draw new ones as well.

En segundo lugar, y como bien señala esta nota, en materia de planificación urbana es tanto o más importante imitar rápidamente las buenas prácticas internacionales que ser pionero en la implementación de soluciones innovadoras. Es una relectura del concepto de "capacidad de absorción" que mencionara hace tiempo Richard Florida.

Finalmente, vale la pena citar una de las conclusiones de "Social Cities of Tomorrow", uno de los tantos eventos dedicados a reflexionar sobre los cambios profundos que se están viviendo en el plano local:

“When you do an image search for the query smart city”– Martijn from the Mobile City began explaining to the audience—“mostly the results you get are pictures of buildings, cars and technology. People are nowhere to be seen. Not a single image”. This type of imagined city is precisely the opposite of what a social city embraces: the idea of city as a self-regulated technological space is put aside in favor of a urban space that is sustained by human connections (and technology as a facilitator for such connections). As a result, the night began with strong words such as “compromise”, “engagement” and “ownership”: a city where citizens communicate with each other and with their government in a two-way, ideally transparent process. As the night unfolds it becomes clearer that a social city is as strong as the relationships that take place in it.

En definitiva, se trata siempre de no perder de vista que la comunidad es el principio y el fin de todos los desafíos que experimentamos en nuestras ciudades. La meta es construir entre todos (y el "todos" en países tan desiguales como el nuestro es un elemento absolutamente central) la "Ciudad Humana" (o Human City).



martes, julio 31, 2012

La contemporaneidad del diseño

Tapa de un número anterior


Hace poco escribí un artículo muy breve para el próximo número de la revista IF de nuestro Centro Metropolitano de Diseño (CMD). 

El diseño, al igual que todas las industrias creativas, está atravesando tiempos interesantes, marcados por tendencias renovadoras y aparentemente -solo aparentemente- contradictorias. 

Por lo pronto, la aceleración de los cambios sociales y tecnológicos (democratización del acceso a la tecnología, profundización de prácticas colaborativas, mudanzas en el concepto de propiedad intelectual e integración de cadenas de valor globales, entre otros factores) parecieran llevarnos hacia la masificación y deslocalización de la producción y el consumo del diseño. Sin embargo, en paralelo puede verificarse una revalorización de la ética del “hágalo usted mismo” (o DIY por sus siglas en inglés), construida en función de la originalidad, la imperfecta perfección del trabajo manual y, sobre todo, la necesidad de contar y escuchar buenas historias a través de los productos y servicios que elegimos para nuestra vida. 

En este contexto, el debate la sustentabilidad está íntimamente ligado a una nueva mirada sobre el consumo que le escapa al fanatismo anacrónico de los luditas para concentrarse en uso responsable de la tecnología. El consumo responsable -de eso se trata- compensa su tendencia hacia el menor consumo con una justa apreciación sobre el valor del trabajo embebido en las cosas. 

Como otras instituciones de promoción al diseño, el Centro Metropolitano de Diseño (CMD) se ve obligado a revisar regularmente su misión y visión para dar cuenta de estos cambios. Tenemos la suerte de ser parte de una ciudad con un notable gen creativo y emprendedor, por lo que gran parte de nuestro trabajo tiene que ver con despejar el camino para que se despliegue este potencial, al tiempo que tendemos puentes entre los diferentes actores para provocar el intercambio de aprendizajes y mejores prácticas.

Nuestros objetivos centrales (el Programa de Incorporación de Diseño -PID- y el desarrollo del Distrito de Diseño en Barracas) nos plantean desafíos en los que intervienen cuestiones competitivas, ambientales, sociales y creativas. En ambos casos la cuestión central tiene que ver con cómo el diseño puede contribuir a generar un desarrollo económico que sea genuinamente equitativo. 

La revista IF es un componente central de estos objetivos ya que nos permite no sólo reflexionar sobre el vértigo de una disciplina en transformación constante sino también otear el horizonte buscando señales que nos permitan navegar mejor estas aguas turbulentas y fascinantes.


martes, julio 17, 2012

Tierra en trance




La gentrificación parece ser una enfermedad de difícil tratamiento en muchas grandes urbes alrededor del planeta. Martín Mercado me pasó hace tiempo un par de artículos del diario inglés The Guardian que ilustran muy bien la tensión entre el mercado y la "escena cultural" (artefacto siempre complejo de definir) en una ciudad como Berlín.

Los bailes de antes


Berlín ha establecido un fondo para intentar proteger sus discotecas más emblemáticas del avance inmisericorde de la especulación inmobiliaria. Muchos de estos lugares ocupan viejos galpones y fábricas en barrios otrora venidos a menos.

La paradoja "karmica" del under se repite invariablemente: Los artistas y "trendsetters" se instalan en zonas marginales y/o periféricas para aprovechar el bajo costo de desembarco (alquileres bajos o propiedades en condiciones de ser ocupadas) poniendo de moda, con el tiempo, estos barrios y contribuyendo al aumento general de precios. ¿Tiene sentido subsidiar los locales nocturnos para que sigan funcionando en los mismos lugares? ¿La escena se achica o se transforma?

El eje de la discusión no es solamente la voracidad inmobiliaria sino la mucho más compleja cuestión de la identidad de la ciudad. Parte del patrimonio inmaterial de Berlín es sin duda su vida nocturna, arriesgada, independiente y marcada por las transformaciones sufridas por la ciudad en los últimos años. Aún así, el riesgo de la intervención estatal bienintencionada es el convertir a estos lugares en tristes museos, espacios sin alma sostenidos en la siempre mutante agenda nocturna gracias a los fondos públicos.

La música que escuchan todos


El segundo artículo apunta directamente al meollo del asunto: Un grupo de artistas se atrincheró en Berlín para intentar impedir (sin éxito) que dinamitaran Tascheles, cuna de la contracultura de la ciudad, para dar paso a otro desarrollo inmobiliario probablemente sin gracia:

Its demise 22 years after the collapse of communism would be a significant loss for a city whose Bohemian reputation is its biggest selling point, and further evidence, say critics, that Berlin is being gentrified beyond recognition. "It's time for the citizens of Berlin to ask what kind of future we want," says Linda Cerna, spokeswoman for the artists. "Will we want to live in a city where everything has been sold or privatised and we just have shopping malls, gated communities and loft apartments?".

El mismo artículo da cuenta del rechazo producido en la misma época (abril de este año) a la instalación del BMW Guggenheim Lab en el barrio de Kreuzberg de la capital alemana. Lo interesante es que el laboratorio financiado por la empresa automotriz recorre distintas ciudades proponiendo justamente reflexionar sobre problemáticas urbanas a través de una mirada interdisciplinaria. El sistema expulsa a sus actores más indóciles, aquellos que justamente forjaron la identidad rebelde de la ciudad, y busca reemplazarlo con una versión lavada, pasteurizada, y en condiciones de ser esponsoreada por marcas interesadas en asociarse a propuestas innovadoras.


miércoles, julio 04, 2012

Espacios para construir ciudadanía


Me pidieron un artículo para una revista brasilera que hablara de los nuevos retos que enfrentan los espacios culturales. Agregaré el link cuando esté publicado. Mientras tanto, comparto la nota.

 El Museo Guggenheim de Bilbao, obra del arquitecto Frank Gehry, es un caso frecuentemente citado de renovación urbana a partir de la instalación de un equipamiento cultural disruptivo. Lamentablemente, muchas ciudades han intentando imitar sin éxito esta iniciativa, invirtiendo en el proceso considerables sumas de dinero en estas aventuras fallidas. ¿Tiene sentido destinar un presupuesto importante al desarrollo de nuevos espacios culturales? 

 La pregunta es muy relevante para Latinoamérica. Nuestra región está atravesada por la desigualdad y por un sinfín de problemas urbanos (en áreas como educación, salud, seguridad, transporte, energía o medio ambiente), desplegándose en un escenario de escasez de recursos. ¿Qué rol deben jugar los equipamientos culturales en este contexto? 

Una rápida recorrida por las experiencias de algunas instituciones como los FAROs (México), Casa Encendida (Madrid), los Parques Biblioteca (Medellín) o nuestor propio Centro Metropolitano de Diseño - CMD (Buenos Aires), por mencionar apenas algunos casos, permite vislumbrar una posible respuesta a la realidad de los espacios culturales en nuestra región: Tienen sentido sólo en la medida en que contribuyan a construir ciudadanía. 

Son las personas, no los edificios 

El espacio físico sin duda importa. Un equipamiento de calidad permite jerarquizar las actividades que se desarrollan en el mismo y tiene el potencial de impactar positivamente en su entorno. Pero es justamente el contexto, la comunidad, la clave para entender el éxito o el fracaso de estos proyectos. Tendemos a enamorarnos de la caja y no del contenido y terminamos administrando espacios sin misión ni visión y con limitada vinculación con lo que nos rodea. 

El CMD está ubicado en el sur de la Ciudad de Buenos Aires, en el barrio de Barracas, una zona que fue industrial y en la que se nota la falta de años en inversión pública. La villa 21-24 (asentamiento precario similar a las favelas de Brasil) está a apenas 10 cuadras de nuestro edificio. Hasta hace poco tiempo el CMD funcionaba como un “plato volador” caído por accidente en el barrio, sin relación alguna con el entorno. Uno de nuestros desafíos es lograr que la comunidad se apropie del lugar, convirtiéndolo así en un verdadero espacio público. En función de este objetivo es fundamental la red que estamos construyendo con organizaciones sociales, culturales y deportivas de Barracas, abriendo las instalaciones a sus actividades. La programación, pensada en parte para el público de cercanía, es también central para consolidar este proceso. Finalmente, con el proyecto de convertir a todo el barrio en un Distrito de Diseño de carácter productivo estamos dando una señal clara hacia el desarrollo económico equitativo de la zona.

La experiencia de los Parques Biblioteca en Medellín, apunta en la misma dirección. Si bien es cierto que dichos equipamientos son de una calidad excepcional, es mucho más relevante para el éxito de los mismos su ubicación en medio de los barrios periféricos de la ciudad y su programación orientada a la educación. Por su parte, Casa Encendida juega un rol importante en la integración de comunidades inmigrantes en la ciudad de Madrid. 

El año pasado tuve la oportunidad de escuchar en Porto Alegre a Maria Carolina Oliveira, doctorando en Sociología de la Universidade de São Paulo. Maria Carolina ha analizado de las Fábricas de Artes y Oficios (FAROs) mexicanos a la luz, justamente, de la emergencia de un nuevo paradigma de espacio cultural. Una de las características interesantes identificadas por ella tiene que ver con el rol de los FAROs en la creación de comunidad, democratizando el acceso a la cultura en el sentido más amplio.

La fabrica blanda 

En la misma investigación Maria Carolina identifica otro elemento fundamental de esta mirada renovada a los espacios culturales: la necesidad de borrar la frontera entre consumo y producción cultural. Queda planteado así el desafío de configurar los equipamientos culturales de manera tal que convivan las áreas de exposición, exhibición y esparcimiento con lugares para realizar talleres, aulas y laboratorios. 

El CMD está planteado como un centro cultural y productivo vinculado al diseño y las industrias creativas. Contamos con talleres en oficios textiles, marroquinería, programación y próximamente tapicería. Tenemos también cursos y seminarios sobre una enorme variedad de temas. Asimismo, funciona en nuestro centro el programa Incuba que ofrece un espacio físico a 40 proyectos creativos de la ciudad. También alojamos laboratorios en ingeniería y diseño. 

Nuestro objetivo es que todos estas áreas interactúen de manera constante y creciente, generando un ecosistema de innovación que se derrame al entorno y que, a largo plazo, contribuya a consolidar el Distrito de Diseño. En línea con lo anterior, en los últimos años parece verificarse una revalorización de los oficios manuales y artesanales, como correlato paradojal de una profundización de los avances tecnológicos. Por lo tanto, y como veremos a continuación, involucrar la faz productiva hace que los espacios culturales se conviertan en artefactos de instrucción masiva de extrema actualidad. 

Aprender a contar la propia historia 

Las ciudades, por su naturaleza, tienden al anonimato y a la ruptura de los lazos comunitarios que habitualmente florecen en poblaciones de menor tamaño. Dar a cada ciudadano la posibilidad de contar su propia historia es una herramienta poderosa para recrear dichos vínculos y los espacios culturales representan una gran oportunidad en esa materia. Poder, por ejemplo, diseñar el propio mapa de recorridos, sentimientos e historias fortalece sin dudas la libertad de la ciudadanía. 

Es necesario ampliar el alcance de las iniciativas orientadas a la formación de públicos para incluir no sólo los aspectos productivos mencionados más arriba sino también la familiarización con herramientas tecnológicas y el manejo de distintos formatos mediáticos que permitan reflexionar sobre la propia identidad y la difusión de las múltiples voces que componen nuestra comunidad. 

Work in progress 

Como hemos visto, el concepto de espacio cultural está viviendo una mutación que no hará más que acelerarse con los avances tecnológicos y la sofisticación de las demandas ciudadanas. Vale la pena, por lo tanto, pensarlos como artilugios en permanente evolución y apostar a los cambios constantes, sobre todo a partir de la incorporar al público no sólo como consumidor y productor de cultura sino incluso como programador. 

Nos toca transitar una época fascinante en la que los espacios culturales están llamados a jugar un rol protagónico en la construcción de ciudadanía y es un desafío que sólo podemos encararlo en conjunto. 

Por Enrique Avogadro - Director de Industrias Creativas y del Centro Metropolitano de Diseño en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires @eavogadro tradeandme.blogspot.com

Actualización: Va el link a la revista.

martes, junio 19, 2012

De ciudades e historias: Mi charla en TEDxLaçador

Final de fiesta para una jornada inolvidable

El pasado mes de mayo tuve el placer y el honor de ser invitado a hablar en TEDxLaçador, organizado por un grupo de entusiastas en la Quinta Estância Grande en las afueras de Porto Alegre. Fue una gran oportunidad de aprendizaje, tanto por la calidad de los oradores como por la calidez del público. La Quinta ayudó a crear un "clima TED" que se extendió a las dos noches que pasamos allí, compartiendo comidas, cuartos y reflexiones. El lugar, amén de ser de muy bonito, impulsa la protección del medio ambiente de forma concreta y con impacto real, sobre todo gracias a su intensa agenda pedagógica con chicos de todo Brasil.

Fueron dos días de encuentro, inspiración, conexión y viralización de buenas ideas. TED desaconseja charlas de funcionarios públicos en ejercicio centrados en la gestión para evitar que usen políticamente la plataforma. Por lo tanto, decidí centrar mi presentación en una mirada hacia al futuro, indagando sobre el potencial de la ciudad creativa como espacio para el despliegue de nuestras capacidades. Hablé en mi esforzado portugués como gentileza a la audiencia:




Comparto también la presentación, aclarando que las fotos son, en su mayoría, del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (bajo licencia Creative Commons):




También fueron entretenidos los recreos

martes, junio 05, 2012

Una semana en São Paulo



Ha pasado más de un mes desde mi viaje al gran Estado de São Paulo para participar de Seminário Internacional Economia Criativa, Cultura e Negócios SESI-SP y me apuro a reseñarlo para que mis últimos recuerdos de esos días no se pierdan definitivamente en mi desmemoria. 

Viajé invitado por SESI, una enorme organización que da servicios a los trabajadores industriales y se financia por una retención a las empresas del sector. Ana Carla Fonseca, especialista brasileña en economía creativa, a quien tuve el gusto de conocer en Rio en 2010, fue el alma mater de esta iniciativa inédita en Brasil por su alcance, convocatoria y panel internacional de alto nivel (¡me excluyo!):





La agenda paralela

Aproveché el día de mi llegada a la ciudad para reunirme con los colegas de la Prefeitura (Alcaldía) de São Paulo, con quienes estamos evaluando la posibilidad de organizar misiones comerciales creativas de ida y vuelta. Hablé sobre el mismo tema con Agustín Molina Arambarri, Cónsul General de la Argentina en São Paulo, con quien me reuní en la sede del consulado. También visité las oficinas de Design Possível, una ONG que impulsa la transformación social a través del diseño. Hay mucho para aprender de las iniciativas que llevan adelante, en particular respecto a las metodologías de intervención en zonas socialmente vulnerables. Me gustaría organizar un workshop con ellos en Buenos Aires para conectarlos con experiencias locales. Veremos. 

Finalmente, organicé una cena con Adélia Borges, académica y gestora de diseño con una amplísima trayectoria en Brasil y en el exterior (aquí pueden ver una de sus charlas recientes). Adélia es otra persona a la que nos gustaría invitar para que pueda compartir su particular visión del diseño con la comunidad local. Recomiendo particularmente Design + Artesanato, su último libro, que me regaló aquella noche. Es un manifiesto a favor de revalorizar los saberes de las comunidades locales desde el campo del diseño.

De la mano de Diego Gazola, de Muda de Ideia, di una vuelta rápida por algunos espacios colaborativos de la ciudad. Me llamó la atención, sobre todo, la madurez del HUB São Paulo. El año pasado tuve la oportunidad de conocer el HUB Madrid y queda cada vez más claro que este es el modelo al que deberán evolucionar todos los espacios de incubación. Necesitamos incubadoras que promuevan la integración entre proyectos, el emprendedorismo social y el aprendizaje horizontal. Ojalá pronto tengamos un HUB Buenos Aires formando parte de esta red (¡si hay interesados en desarrollarlo contarán con nuestro apoyo!).

Las conferencias

Fue una semana particularmente intensa porque el seminario se llevó a cabo en tres ciudades del Estado de São Paulo:  São Paulo, Campinas y Riberão Preto. En una programación de muy alto nivel, me atrevo a destacar la presencia de John Howkins, considerado el padre del concepto "economía creativa" por su libro The Creative Economy (2001) y a Charles Landry, quien ha popularizado la noción de "ciudad creativa" a partir de su libro The Creative City: A Toolkit for Urban Innovators (2000). La presentación de Landry fue particularmente inspiradora porque invitó a pensar la ciudad creativa como un artefacto de construcción colectiva en permanente evolución.

Yo di tres charlas (¡en portugués!) sobre el modelo de clusters o distritos creativos que está impulsando la ciudad de Buenos Aires:

Fue una gran experiencia poder compartir una semana entera entre gente tan creativa. Si bien el concepto de economía creativa está recién dando los primeros pasos en Brasil, está claro que se lo toman muy en serio y sin duda veremos avances importantes en este campo. Por lo pronto, ya han puesto en marcha una Secretaria de Estado para impulsar la economía creativa a nivel nacional.

(¡Gracias a Ana Carla y a todo el equipo de SESI! Aquí hay más fotos del evento).



martes, mayo 22, 2012

Colectivos creativos



No hay espacio más público que el de un colectivo atravesando la ciudad de punta a punta, recorriendo barrios e historias en su fatigado trajinar urbano. En la ciudad y el conurbano, seis de cada diez personas se mueve en transporte público, y el 74% elije al colectivo. Es definitivamente mucha gente. ¿Podemos pensar un sistema de transporte más creativo y humano? Los colectivos representan un espacio fascinante y todavía virgen para plantear una concepción más humana del espacio público. Acá también se define la construcción de una ciudad más creativa. Comparto algunas ideas garabateadas hace tiempo en el 92 y recuperadas en una noche de insomnio. 

Ponerse la camiseta

Tuve la oportunidad de visitar un par de veces la ciudad de Medellín (Colombia) y quedé gratamente sorprendido por la calidad de su metro. El sistema se distingue, entre otras cosas, por el desarrollo del metrocable, que permite conectar a poblaciones aisladas generando verdadera inclusión social. De todos, lo que más llamó mi atención fue el apego de los ciudadanos por su transporte público. La usuarios parecen estar orgullosos de la calidad del metro y lo retribuyen cuidando las instalaciones (es tal el fanatismo que hay quien asegura el sistema tiene su propia canción: el himno al metro).

¿Por qué no pensar en generar un vínculo similar entre las líneas de colectivos y las personas a quienes transportan todos los días? Podrían implementarse concursos para los viajeros, tarjetas de fidelización para pasajeros frecuentes y cuentas de Twitter para proveer información actualizada. También podría fomentarse la identificación de las personas con alguna línea en particular. Si la gente es capaz de hinchar por Ford o Chevrolet en una carrera de TC sin duda podría hacerlo por el bondi que lo transporta todos los días. Aparece también la oportunidad de revalorizar la figura de los choferes. ¿Qué historias esconden? ¿Hay de formar de premiar a los más amables? ¿Por qué no saludarlos por su nombre?

Un espacio enriquecido

Hace tiempo twitee una idea sencilla: ¿por qué no pintar el interior de los techos de los colectivos? El espacio está ahí, disponible, y claramente desaprovechado. ¿Artistas callejeros tuneando los bondis? ¿Poemas cortos y haikus? El espacio público tiene que interpelarnos, provocarnos, sorprendernos y aquí tenemos una interesante oportunidad.

La otra variante, también muy necesaria, es darle a ese lienzo un fin utilitario. El año pasado el CMD participó del proyecto "ciudad legible" del Instituto para la Ciudad en Movimiento que busca generar información útil para el pasajero partiendo de la idea de pensar al sistema como a una red. Es absurdo que los colectivos no ofrezcan ni siquiera la información más elemental sobre sus recorridos dentro de las unidades, y ni hablar de la posibilidad de incluir el contexto (otras líneas, lugares destacados, etc.).

Vivir la experiencia

Aparentemente está prohibida la música ambulante en los colectivos porteños. Me parece el colmo del sinsentido. En el metro londinense los músicos tienen puestos asignados en las estaciones para entretener a los pasajeros. ¿Por qué no generar algún esquema ambulante y a la gorra pero con algún apoyo mínimo desde el Estado? Hacer agradable nuestro viaje es también un servicio público.

La interactividad con los usuarios abre un mundo de posibilidades. ¿Jugar a través del celular contra otros pasajeros? Cada viajero tiene su historia y quizás a algunos les interese compartirla (KLM, por ejemplo, está implementando el sistema "Meet & Seat" en algunos tramos aéreos). 

Proyectos geniales como Chicas Bondi o Colectivaizeishon demuestran que hay infinitas historias ahí afuera y, sobre todo, gente con ganas de escucharlas. Abro este espacio para quien tenga ganas de compartir ideas o sugerencias para construir, entre todos, un mejor sistema de transporte colectivo.

(La foto que ilustra el post es de los amigos de El Sol de San Telmo, quienes también tienen un sueño bondi: Que el fileteado vuelva a nuestros colectivos).

martes, mayo 15, 2012

Pongamos que hablo (3)



Madrid Hub

Mi último día en España fue también muy cargado de emociones. Tomé el tren en Pamplona y llegué a Madrid al mediodía, justo a tiempo para conocer La Fabrica, empresa de gestión cultural con muchos años de experiencia y proyectos interesantísimos en su haber. Vale la pena sumergirse en su web.

Cerca de La Fabrica funciona Madrid Hub y aproveché para pasar a visitarlos. Mezcla de incubadora de empresas (en España llamadas "viveros"), espacio de trabajo compartido y laboratorio de intercambio de ideas, Madrid Hub forma parte de una red global de centros que operan en forma privada y colaborativa. Está cada vez más claro que lo importante en necesariamente el espacio físico (tener edificios lindos) sino más bien lo que se hace con él. Hay aquí varias lecciones interesantes para nuestro programa Incuba.




La Tabacalera

De allí fui andando hasta La Tabacalera, centro social autogestionado que funciona en la antigua fábrica de tabacos de Lavapiés. Si bien el centro estaba cerrado por refacciones, tuve la suerte de conocer a Elisa Fuenzalida, escritora peruana que atendía en ese momento el bar y que gentilmente me mostró las enormes instalaciones mientras me contaba las características del proyecto. La Tabacalera está en manos de diferentes colectivos sociales y artísticos que administran el proyecto con gran entusiasmo pero también con muchos problemas para generar consensos. La apuesta por un modelo de gestión tan horizontal todavía no puede considerarse exitosa pero constituye sin ninguna duda un camino que vale la pena explorar y hasta fomentar desde lo público.

Ya avanzada la tarde tomé una cerveza con Pablo Pérez Palladino, que está haciendo una maestría en España y trabajando en proyectos políticos. Con un pie en el estribo y a metros de Atocha (para abordar el bus a Barajas), tomé otra cerveza con Marcelo Leslabay, diseñador argentino radicado hace tiempo en España con gran experiencia en el comisariado de exposiciones, consultoría, periodismo y docencia. Marcelo fue de una gran ayuda para el armado de mi agenda en España.

martes, mayo 08, 2012

Gastronomía emotiva

Mercado de Villa de Leyva (Colombia)

Vuelvo cada tanto a la gastronomía creativa sin saciar nunca el apetito por la novedad, por las sorpresas escondidas en los pliegues de estos tiempos tan cambiantes. Somos lo que comemos pero también cómo comemos. Comparto entonces algunas ideas recientes sobre estos temas tan sabrosos.


La ciudad paladeada 

Los alimentos y la urbe se vinculan de las formas más variadas. A la sombra de la urgencia de supermercado está surgiendo (resurgiendo) el placer de comprar en un mercado (de hecho, en algunos lugares ya están al borde de saturarse). Buscamos emociones, la conexión con lo auténtico y estamos dispuestos a pagar más y a invertir más tiempo por el privilegio de un contacto personal con quien nos provee de vituallas.

Desde el asfalto tendemos a mitificar el campo y eso quizás nos termine llevando a un mayor encuentro entre la ciudad y extramuros. En Nueva York, por ejemplo, las granjas de las afueras colaboran con bancos de alimentos sociales:
Farmers are teaming up with New York state food banks to bring gleaned foods to those in need, making the most of grown nutrition and reducing food waste generated at the farm level. The Cornell Gleaning Project hopes to increase the amount of food donations by gleaning food left behind in fields or storage because of cosmetic blemishes or lack of market for a particular crop. 
Recrear los lazos comunitarios es también una forma de nostalgia. Vale la pena detenerse en el caso de Gooble, una red social para encontrar y disfrutar de las creaciones de chefs en el barrio:
Gobble, based in Palo Alto, is a peer-to-peer marketplace for home-cooked meals from neighborhood chefs. Similar to the UK model that we mentioned last year, Gobble-vetted Bay Area Chefs create, post and price their meals for neighborhood eaters to browse. Chefs cook fresh ingredients based on every order, sometimes sourcing food from their own gardens. The marketplace offers chefs an opportunity to earn a supplemental income stream or a full time living. Each chef is responsible for complying with federal, state, county or local laws surrounding what kind of food can be served. Gobble takes an undisclosed percentage of each meal and a flat delivery rate.  
Estar cerca, saber qué comemos, entender la historia. Al estómago lo gobiernan cada vez más las emociones. La gastronomía puede ser también un estímulo negativo muy interesante en términos emocionales, tal como lo demuestra el proyecto Smog Tasting en Bangalore (India), que busca generar conciencia sobre los daños al medioambiente ofreciendo postres hechos con el aire de la ciudad:

Their exhibit, called Smog Tasting, begins with egg whites--the delicious foamy, crunchy goodness that makes up meringues, soufflés and countless other dessert treats. The water-loving proteins in egg whites dry out as air is whipped in, and the proteins link up to make airy molecular cages. "Smog Tasting grew out of this idea of using food as a biosensor," Denfeld says. "If egg foams are a way of capturing air, could we capture air pollution as well? This could be a way of calling attention to the problem."


Tecnología para conectar

Un restaurante permite a los clientes comentar el menú en tiempo real, convirtiendo la experiencia gastronómica en ultrasocial. Otra aplicación nos hace a todos potenciales chefs, develando la alquimia escondida detrás de las mezclas en la cocina. Otra más permite compartir una dieta en las redes sociales para que todos opinen sobre la misma (sumando, de paso, incentivos para mantener la línea a través de la lógica de los videojuegos o gamification). Está claro que la tecnología puede aislarnos pero también conectarnos de formas insospechadas hasta hace muy poco tiempo.



The Eatery: Massive Health Experiment #01 from Massive Health on Vimeo.


Un lento despertar


Ante el auge del consumismo en las ciudades aparecen alternativas más saludables. Boxcar, por ejemplo, pretende llevar comida orgánica local al quiosco de la esquina. En la misma dirección puede leerse el éxito de WholeFoods en Estados Unidos, con una propuesta fuertemente basada en ofrecer experiencias únicas, auténticas y bien informadas. Y gracias a Farm to Baby hasta los bebes pueden optar por una papilla mejor para su salud. Hay cada vez más opciones a disposición pero probablemente haga falta mucha educación para mejorar nuestros hábitos. ¿Cuándo tendremos nuestro propio Jamie Oliver?



Farm to Baby

martes, mayo 01, 2012

El alma de las cosas


Una de las tendencias recientes más interesantes en el campo de las industrias creativas tiene que ver con la metamorfosis que están sufriendo los objetos que nos rodean. El creciente auge de la impresión 3D gracias, entre otras razones, al abaratamiento del hardware, ha ido consolidando una comunidad global de usuarios unidos en su afán de experimentación. En una nueva vuelta de tuerca iluminista de pronto podemos crear objetos de formas inimaginables hasta hace muy poco tiempo. 

Vale la pena leer "The shape of things to come" en el Economist. La tecnología nos lleva cada vez más cerca de la naturaleza, y en el medio tiene el potencial de disparar una nueva revolución industrial:

Additive manufacturing, then, is changing not only how things are made, but what is made. In particular, many of the objects on display had an organic look to them. That is no accident. In some cases, designers have deliberately copied nature. In others, they have started from first principles, drawn conclusions (usually aided by clever software), and found that nature got there first. And in some, the decisions have been aesthetic—presumably reflecting an evolved preference in the human psyche for objects that look natural. 




La historia, por supuesto, es dialéctica. A fines de los 60´s en Estados Unidos la revista Popular Mechanics y las tiendas Radioshack desataron la fiebre del "hágalo usted mismo" en miles de aficionados por la electrónica que luego se propagó por el mundo entero. Ahora, gracias a la explosión de Internet, la ética del DIY está de vuelta. La paradoja siempre estuvo ahí: La tecnología nos devuelve a las raíces, al meter mano, al desarmar los juguetes para ver de qué están hechos. 

"More than just digital quilting", también del Economist, echa luz sobre las bases de este nuevo fenómeno:

The maker movement is both a response to and an outgrowth of digital culture, made possible by the convergence of several trends. New tools and electronic components let people integrate the physical and digital worlds simply and cheaply. Online services and design software make it easy to develop and share digital blueprints. And many people who spend all day manipulating bits on computer screens are rediscovering the pleasure of making physical objects and interacting with other enthusiasts in person, rather than online. Currently the preserve of hobbyists, the maker movement’s impact may be felt much farther afield.

La ética hacker colaborativa está en la raíz del movimiento y es potenciado exponencialmente gracias a la red:

The ease with which designs for physical things can be shared digitally goes a long way towards explaining why the maker movement has already developed a strong culture—its third driver. “If you are not sharing your designs, you are doing it wrong,” says Bre Pettis, the chief executive of MakerBot. Physical space and tools are being shared, too, in the form of common workshops. Some 400 such “hacker spaces” already operate worldwide, according to Hackerspaces.org. Many are organised like artists’ collectives.

Aparece una gran oportunidad para los creativos del mundo entero, quienes ahora pueden compartir instantáneamente sus creaciones y alimentarse, a la vez, de lo que está pasando fuera de sus fronteras. Cmo sucede en cada eslabón de la economía creativa, tendrás más éxito aquellos capaces de abrevar en su propia identidad para "contar historias" únicas, personales.

El sueño de la impresión 3D también engendra monstruos. En "Object cancers" Geoff Manaugh enlaza dos fenómenos interesantes para pensar el futuro del futuro: E dilema de los derechos de autor en los objetos tridimensionales y la aparición de objetos deformados como inesperada respuesta al copyright:


Among many other things about this story, what caught my attention was the specific detail that you could scan any object you happen to have on hand; you could then upload that dataset to a kind of eBay of physibles; and, finally, someone on the other side of the earth—or sitting right next to you—could print out their own "pirate" version. As New Scientist writes, however, we might soon soon see a corporate response in the form of what could be called physible rights management—based on, even repeating, certain aspects of the misguided digital rights management (DRM) policies associated with MP3s.
(...)
In any case, what seems more provocative here, on the level of design, would be to appropriate this protective stance and reuse it in the design of future objects, but emphasizing the other end: to allow for the scanning of any object designed or manufactured, but to insert, in the form of watermarks, small glitches that would only become visible upon reprinting. We could call these object cancers: bulbous, oddly textured, and other dramatically misshapen errors that only appear in 3D-reprinted objects. Chairs with tumors, mutant silverware, misbegotten watches—as if the offspring of industrial reproducibility is a molten world of Dalí-like surrealism.

Me gusta pensar que habrá poesía en esta nueva y rebuscada versión de piratería gracias a la belleza mutante de lo imperfecto.

(Pic que ilustra el post).


martes, abril 17, 2012

Brasil con los pies en la tierra


Abril en Sao Paulo, Campinas y Ribeirão Preto y mayo en Porto Alegre. Vuelvo cada tanto a Brasil. Por supuesto, mucho menos de lo que me gustaría pero lo suficiente como para ser testigo privilegiado del "cambio de época" que está viviendo nuestro país vecino. Como veíamos hace poco en un artículo sobre las características del diseño brasileño, los creativos del país están buscando inspiración en su realidad cotidiana para ofrecer soluciones originales a problemas sociales de larga data.

En la revista digital Ciano, dedicada a reflexionar sin apuro sobre cuestiones afines al diseño, encontré una deliciosa entrevista al Profesor João Bezerra con declaraciones valientes que, de alguna manera, ilustran el compromiso que están asumiendo muchos diseñadores brasileños:

Por isso eu sou um pouco contra essa história de considerar a moda como um campo do design. Nada tenho contra design de vestimenta, design de vestuário. Sou absolutamente a favor. Podemos fazer uma camisa que seja mais confortável, uma capa que respire melhor. Agora, fazer moda, para tornar a coisa obsoleta em pouco tempo? Para quê? Para mexer como essa vaidade individualista de cada um? É complicado. 
Não estou querendo propor aqui goiabeiras de Fidel, nem aquele terninho do Mao Tsé Tung, todo mundo igual. Estou propondo que, dentro do procceso de criação da vestimenta, você saiba o que incomoda na roupa, o que está inadequado, o que é deselegante - e trabalhe na direção de corrigir essas questões. Qualquer um de nós já usou uma calça que apertava onde não devia, um sapato que esquentava demais, uma camisa que não vestia bem. Se for um projeto nesse caminho, de solução de problemas desse tipo, não tenho dúvida nenhuma. Imagina a contribuição que você pode dar ao projeto de vestimenta de um carteiro, por exemplo. Não só a vestimenta, mas também o complemento, não é? Aquela bolsa pesada à beça e carregada de um lado só do corpo! O sujeito é um candidato a ter escoliose. Não tem jeito, ele está forçando muito mais um lado do que o outro. É um complemento que merece a intervenção do design. 
Agora, dependendo do designer, tanto pode ser o complemento de um carteiro, quanto pode ser uma bolsa Dolci&Gabanna de, sei lá, três mil reais. Eu prefiro fazer a do carteiro. Aí é questão de cada um, o gosto e a competência de cada um. Para a bolsa da Dolci&Gabana eu me sinto incompetente.
(...) 
É uma coisa que se deve pensar no design: o direito das pessoas terem uma vida normal. 
Você tem toda essa gama de gente na sociedade: o cara que puxa o carrinho na rua, o jardineiro que fica agachado o tempo todo, o frentista do posto que inala gasolina e álcool o dia todo. A gente tem que olhar para essas pessoas que estão usando produtos, que estão trabalhando e que, muitas vezes, estão sendo prejudicadas por produtos absolutamente inadequados. 
(...) 
E a gente não deve entrar nesse papel de incentivador do consumo compulsivo, por uma questão ética. O viés aí é a postura ética de cada um. Se isso não está contribuindo com nada para a sociedade, e com nada para a vida daqui pra frente, então eu não vou fazer. Para enriquecer uns poucos e prejudicar todo mundo? No mercado, a gente sempre deve se perguntar: estou enganando alguém? Estou a fim de enganar os outros? É isso. Ou eu estou a fim de esclarecer, de contribuir?





En el mismo número de la revista, Felipe Massami arremete contra la obsesión onanista de los diseñadores que desesperan por crear una nueva silla, marcando aquí también la necesidad de trabajar con sentido:

Estranhamente, essa simplicidade tornou-se superestimada. Designers de todo mundo almejam deixar sua marca por meio desse objeto, até parecendo um certificado que atesta a formação desse profissional. Se formos a qualquer premiação, bienal, exposição etc iremos, com total certeza, nos deparar com 127 por Felipe Massami imagens Felipe Massami reavaliando 128 mais uma inovadora, magnífica, estupenda, brilhante, genial cadeira... Sejamos honestos, tendo em vista que o design tem como premissa construir soluções pautadas em conhecimento prévio utilizando-se métodos a fim de chegar em soluções inteligentes para o mais variado problemas, dar-se o luxo de projetar cadeiras é ignorar o potencial que esse campo tem de transformar a realidade, prendendo-se a redundâncias. Já estamos saturados de excelentes designers que realizam maravilhosos projetos de assentos para todos os gostos, poderes aquisitivos, estilos etc. E para esses, devo parabenizá-los pelo trabalho primoroso que realizam. Mas será mesmo que tendo tantos profissionais que se dedicam a isso, é necessário haver outros tantos nesse mesmo caminho? 
O projeto de novas cadeiras, talvez, só se justifique em algumas situações como: quando a cadeira torna-se o meio para determinado fim, como no caso de cooperativas/ ONGS que precisam agregar valor em seus produtos para poder se manter; quando é utilizada como uma plataforma para experimentação de diferentes técnicas e materiais; quando esta se torna o resultante de um novo modelo de produção ou negócio. Pois, uma cadeira por si só, não se "sustenta".



No es casualidad que florezcan en Brasil iniciativas como Design Possível, ONG que impulsa la transformación social a través del diseño. Como contraste de esta tendencia brasileña recomiendo la lectura de la crítica lapidaria de Bryan Bell a la muestra "Foreclosed: Rehousing the American Dream" del MoMA.

Para terminar me atrevo a copiar un texto encontrado en la Ciano de potente actualidad:

We, the undersigned, are graphic designers, photographers and students who have been brought up in a world in which the techniques and apparatus of advertising have persistently been presented to us as the most lucrative, effective and desirable means of using our talents. We have been bombarded with publications devoted to this belief, applauding the work of those who have flogged their skill and imagination to sell such things as: cat food, stomach powders, detergent, hair restorer, striped toothpaste, aftershave lotion, beforeshave lotion, slimming diets, fattening diets, deodorants, fizzy water, cigarettes, roll-ons, pull-ons and slip-ons. By far the greatest effort of those working in the advertising industry are wasted on these trivial purposes, which contribute little or nothing to our national prosperity. In common with an increasing numer of the general public, we have reached a saturation point at which the high pitched scream of consumer selling is no more than sheer noise. We think that there are other things more worth using our skill and experience on. There are signs for streets and buildings, books and periodicals, catalogues, instructional manuals, industrial photography, educational aids, films, television features, scientific and industrial publications and all the other media through which we promote our trade, our education, our culture and our greater awareness of the world. We do not advocatethe abolition of high pressure consumer advertising: this is not feasible. Nor do we want to take any of the fun out of life. But we are proposing a reversal of priorities in favour of the more useful and more lasting forms of communication. We hope that our society will tire of gimmick merchants, status salesmen and hidden persuaders, and that the prior call on our skills will be for worthwhile purposes. With this in mind we propose to share our experience and opinions, and to make them available to colleagues, students and others who may be interested.  

First things first manifesto, 1964
(Pic que ilustra el post)