jueves, febrero 24, 2011

El futuro de la gastronomía


Con más lentitud de la que me gustaría seguimos adelante con el proyecto de gastronomía como industria creativa. En el interin voy acumulando información sobre el tema y puedo afirmar, citando al genial Cukmi, que la comida es la segunda cosa más divertida en el mundo.

Imprimir la comida

Leo en Directo al Paladar sobre la comida para imprimir:

Con un funcionamiento parecido al de una impresora convencional, basado en diversos cartuchos llenos de comida procesada en estado líquido, se trata de una impresora en tres dimensiones. Según parece, y para entender un poco más el invento y su propósito, no se trata de una impresión tal y como la conocemos, sino más bien una suerte de mangas pasteleras tecnológicas que crearían formas con la comida. Los alimentos se mezclarían con sustancias espesantes y las recetas se podrían compartir en las redes sociales, pudiendo imprimirlas y comerlas apretando un solo botón.

El proyecto, probablemente todavía en el terreno de la fantasía (al igual que Cornucopia), deja un sabor amargo por lo que nos depara el porvenir. De todos modos, también ejemplifica la curiosidad y el tesón de nuestra especie.

Todos nos merecemos un pedacito de tierra

Aparentemente están proliferando las organizaciones que promueven la vinculación entre amantes del arte del cultivo y tenedores de tierra ociosa:

El procedimiento es muy simple: sólo tienes que registrarte gratuitamente como potencial hortelano o como propietario de un terreno, buscar a gente cercana que encaje con lo que quieres y ponerte en contacto con ellos para llegar a un acuerdo sobre el porcentaje de la cosecha que se queda cada uno. En caso de que no encuentres a nadie, puedes esperar a que en el futuro entre alguien en la web al que le pueda interesar compartir tierra contigo.

¿Para cuándo el capítulo local? ¡Los Articultores seguramente se copen con la idea!

Menú en el celular

Storific es una aplicación que sirve para pedir la comida desde el iPhone en un restaurante:


Al sentarse o entrar en el local, el cliente recibe un código que corresponde a su mesa, y que debe teclear en el teléfono. La aplicación le muestra entonces el menú completo del restaurante, con fotos, descripción y precios de cada uno de sus platos. Al hacer las peticiones se pueden incluir comentarios, por si se quiere la carne poco hecha o la ensalada sin pimiento. Las tareas del camarero quedan así reducidas a resolver dudas, servir la comida, cobrar y limpiar las mesas. Las esperas para pedir o añadir nuevos platos a lo ya pedido, y los tiempos muertos entre que se toma la nota y ésta llega a la cocina desaparecen para siempre.

Es otra de esas pavadas que te dejan pensando. El juguete marca el rumbo a la interactividad y a la personalización de la experiencia de comer afuera. ¿Qué está comiendo el de al lado? ¿Cuáles son los platos más populares? ¿Qué te gustaría comer y no encontrás en el menú? ¿Calificarías al cocinero o al mozo?

domingo, febrero 20, 2011

De volta ao Nordeste

Clásico de clásicos en el centro de Recife


Mucho antes de lo que hubiera imaginado me tocó volver a Recife. La gente de Porto Digital me invitó a hacer una presentación sobre distintas estrategias de promoción a la economía creativa en el marco de Recife Summer School y hacia allí partí a principios de febrero, con mucho entusiasmo y bastante paciencia para aguantar las 10 horas de tránsito (dos escalas, dos cambios de avión).


Porto Digital funciona en un antiguo edificio reciclado


A la presentación habitual de nuestros programas agregué una CODA en la que incluí nuevas estrategias vinculadas a las industrias creativas, la participación social y el uso de la tecnología en las ciudades. La gente de Porto Digital está detrás de un proyecto que lanzarán en unos meses llamado Delta Zero y que pretende impulsar la economía creativa de Recife. La ciudad es reconocida en el resto de Brasil por su boémia, vinculada a los poetas y los bares, y posee también una base interesante de creadores audiovisuales, incluyendo un polo relevante en materia de videojuegos.

miércoles, febrero 16, 2011

A la deriva


Lamentablemente cada vez hay menos tiempo para la deriva sin rumbo. Tuve siempre a la trashumancia como a una fruta prohibida, pese a los escarceos de mochilero y a la época de vagar de noche con la bicicleta por los bordes de lo que hasta ese momento había sido mi ciudad. Recuerdo el impacto de la lectura del libro de Osvaldo Baigorria sobre la gente del camino; el silenciosos respeto por quienes buscan la libertad en el horizonte.

Pseudo asociaciones libres para introducir el proyecto Drift Deck, que descubrí en el increíble blog BLDGBLOG:

The Drift Deck, produced in 2008 by Julian Bleecker and Dawn Lozzi, is "an algorithmic puzzle game used to navigate city streets," offering "instructions that guide you as you drift about the city."

Each card contains an object or situation, followed by a simple action. For example, a situation might be—you see a fire hydrant, or you come across a pigeon lady. The action is meant to be performed when the object is seen, or when you come across the described situation. For example—take a photograph, or make the next right turn.

Hace más de dos años tropezaba con el concepto de "psicogeografía" de Guy Debord:

Entre los diversos procedimientos situacionistas, la deriva se presenta como una técnica de paso ininterrumpido a través de ambientes diversos. El concepto de deriva está ligado indisolublemente al reconocimiento de efectos de naturaleza psicogeográfica, y a la afirmación de un comportamiento lúdico-constructivo, lo que la opone en todos los aspectos a las nociones clásicas de viaje y de paseo.

Una o varias personas que se abandonan a la deriva renuncian durante un tiempo más o menos largo a los motivos para desplazarse o actuar normales en las relaciones, trabajos y entretenimientos que les son propios, para dejarse llevar por las solicitaciones del terreno y los encuentros que a él corresponden. La parte aleatoria es menos determinante de lo que se cree: desde el punto de vista de la deriva, existe un relieve psicogeográfico de las ciudades, con corrientes constantes, puntos fijos y remolinos que hacen difícil el acceso o la salida a ciertas zonas.

Pero la deriva, en su carácter unitario, comprende ese dejarse llevar y su contradicción necesaria: el dominio de las variables psicogeográficas por el conocimiento y el cálculo de sus posibilidades. Bajo este último aspecto, los datos puestos en evidencia por la ecología, aun siendo a priori muy limitado el espacio social que esta ciencia se propone estudiar, no dejan de ser útiles para apoyar el pensamiento psicogeográfico.

Creo que seríamos mejores ciudadanos si nos dejáramos llevar de tanto en tanto por lo que la ciudad tuviera a bien ofrecernos, como navegantes en tierras incógnitas, los ojos bien abiertos y cierta nostalgia en la retina.

sábado, febrero 12, 2011

Stop whining!


Estuve siguiendo con atención el blog de MIDEM ya que esta vez no pude ser de la partida. La industria de la música parece haber superado el shock inicial provocado por el cambio de paradigma y ahora se entrega con entusiasmo a todo tipo de experimientaciones (más allá de la cara de perplejidad de los más veteranos). En línea con este nuevo optimismo El Economist sacó un artículo el año pasado en el que revisa modelos de negocios que sí están funcionando (y algunos muy bien). Copio algunas frases sueltas pero vale la pena leerlo entero:


It is not that more people are going to concerts. Rather, they are paying more to get in.

Fans complain bitterly about the rising price of live music. Yet they keep paying for concerts. One reason is that the live-music experience has vastly improved.

However much fans pay to get into a venue (and thanks to ticket touts they often pay more than even the greediest artists charge) they tend to have cash left over. This they spend on merchandise.

The re-release of the Rolling Stones’ 1972 album “Exile on Main Street” in May was accompanied by a merchandising blitz that illustrates how far the business has evolved beyond selling black T-shirts. Bravado released more than 100 items, from baseball caps to boxes containing signed lithographs. There were not only album-cover T-shirts but also a higher-priced “as worn by” collection, featuring reproductions of clothes that members of the band happened to be wearing in the early 1970s. The huge range of items at different prices meant products found their way into budget stores like Target as well as dearer ones like Bloomingdale’s.

Scorcher, a rapper from London who recently signed his first record deal, set up a clothing label even before he made his first video. He invariably wears his own products in the music videos that he gives away on websites like YouTube. Scorcher is not so much selling music as using music to sell.

Music’s best business customer is television.

Because it derives revenues from business as well as consumers, publishing is much more stable than recording.

On television, music is either supported by advertising or bundled invisibly into the cost of pay-TV subscriptions. That model is spreading from the box to the web.

In a sense, the recorded-music market is not so much dying as greying.

The consequences can be seen in the pop charts. America’s bestselling album since 2000 is “1”, a collection of Beatles hits from the 1960s.

The ageing of the recorded-music market has been accelerated by trends in retailing. As independent record shops and specialist media stores like Zavvi (formerly Virgin) have closed, supermarkets have emerged as leading outlets for music.

The growing clout of middle-aged and old listeners extends beyond recorded music. “Many of the acts selling out stadiums are old,” says Rob Hallett, the president of international touring at AEG Live.


¡Mientras tanto, en Buenos Aires, los amigos de Bicicletas lanzan un videojuego y le marcan el camino al resto!

PD: Aprovecho el post musical para invitar a la charla que desarrollaremos sobre gestión de negocios para salas de música en vivo (¡la industria está girando al vivo y nosotros queremos acompañarlos!). Martes 22 de febrero a las 17:30hs en el CMD, en el marco del 2do Encuentro Iberoamericano de Gestión Musical (EIGM).

martes, febrero 08, 2011

Moda e industria: Las recetas de Nueva York


Bloomberg, el Alcalde de Nueva York, anunció el año pasado una serie de iniciativas para promover a la industria de la moda en la ciudad (Creo que fue la gente de Amo la Moda quien me pasó el link):

The six new fashion-focused initiatives include:

  1. NYC Fashion Fund: The NYC Fashion fund will help emerging designers by connecting them with resources such as capital for production financing, vetted manufacturers, and other services that will help them through their first production cycle.
  2. Project Pop-up: This project will start with a contest and end with winning concepts which will receive mentoring and marketing support, networking opportunities, and even help creating a pop-up shop.
  3. New York City Fashion Draft: The annual New York City Fashion Draft will bring together nominated students from US and international universities in NYC for a a week of interviews with New York City-based fashion businesses.
  4. Fashion Campus NYC: This program will include business seminars led by fashion executives, networking opportunities, and online information about living and working in NYC.
  5. New York City Fashion Fellows: New York City Fashion Fellows will recognize 30 up-and-coming people in fashion management who will receive mentoring services and networking opportunities with industry professionals and their peers.
  6. Designer as Entrepreneur: This business “boot camp,” will consist of a series of workshops led by industry experts, and will focus on items like business plan development, financial management, and e-commerce.

El listado es de lo más estimulante y nos viene bien como antecedente para el proyecto de creación de un Distrito de Diseño en el entorno del CMD que estamos redactando. Algunas de las acciones están en línea con el trabajo que venimos realizando desde nuestra Oficina de Moda, que este año profundizará el apoyo a los exportadores del sector y dará impulso a un par de proyectos muy novedosos. Me gusta el carácter "work in progress" de estas propuestas, probablemente diseñadas para ir aprendiendo sobre la marcha. Los gobiernos muchas veces le tienen miedo a la experimentación y eso redunda en un set de herramientas más bien pobre.

De todos modos, los comentarios al post original -la mayoría hechos por residentes de Nueva York, no son tan halagüeños con la iniciativa:

Finally there is just an overwhelming lack of respect for fashion design in this country. Largely to blame is the fashion industry. By promoting celebrity designers without even the most fundamental understanding of design, to intentionally blurring the lines between fast fashion and high fashion they've helped bring about the decline of American Fashion. New York and LA are the last of a huge national industry. From Dallas and Oklahoma to San Francisco and Chicago, to the textile mills in the South, it's too late. New York is destined to become a regional fashion hub just like Mumbai and Brazil and Tokio. There are tons of designers as interesting and talented as the girls at Rodarte that get absolutely no press. When I think of people like Jeremy Scott or some of the completely mediocre talents in New York fashion I am in awe of how they became such darlings.

How to save American Fashion (let alone New York Fashion) is an unbelievable chore. Game shows and magazine contests just aren't going to cut it. If New York can set up something like Beijing 798 with cooperation and buy in from retailers, the few remaining manufacturers and government legislators there might be a chance. Show people that clothing isn't just a $19.99 commodity, but a cultural expression and we all might get somewhere.

(...)


Oh, and when will American fashion design programs pair of up with the folks at MIT to develop new equipment and new materials? When will they hold apparel design students to the same academic standards as architects, industrial designers and engineers. In these days of failing natural resources people that can bridge the gap between science and beauty, mathematics and aesthetics are more important than ever. Have you seen how ugly some of the clothing experiments that come out of Silicon Valley are? These are questions no one is asking, I think.

viernes, febrero 04, 2011

Manual de instrucciones


Navegando a la deriva por Internet tropecé con este maravilloso manual de instrucciones que promueve la participación comunitaria:

Use this toolkit to find out what people want from the Big Society: what makes people want to get involved in local action? What stops them from taking part. How to devolve power and money to communities. How communities can work effectively with local authorities and public agencies. And, what makes people feel like they belong in a place.

Me encantaría encarar una movida como esta en la ciudad. Los porteños somos un poco adictos a la queja y creo que nos vendría muy bien pensarnos como parte de la solución; reconocernos como comunidad y actuar en consecuencia. Bloomberg, el Alcalde de Nueva York, está invitando a los ciudadanos a dar un minuto por la ciudad:

CEOs for Cities’ Give a Minute campaign plays an important role in Mayor Bloomberg’s plan for New York City in 2011. In his State of the City address, Mayor Bloomberg emphasized the importance of urban participation and committed his support for Give a Minute. The Mayor plans to use Give a Minute to surface innovative ideas from citizens and give them a platform for organizing to turn their ideas into action.

No hace tanta sofisticación para imaginar comités barriales que generen foros de discusión e impulsen la acción colectiva. ¡Tarde o temprano me animaré a tocarle el timbre a todos los de mi cuadra!