martes, octubre 25, 2011

La ciudad compartida


Cada tanto la deriva cibernética me pone en las narices diferentes eventos a los que con gusto hubiera pagado para poder asistir. Internet, como el escaparate de una agencia de viajes, nos enrostra infinitos destinos posibles. QUAM 2011 fue, sin duda, una conferencia para aprovechar, sobre todo por mi reciente -y creciente- obsesión  por entender a la ciudad como el espacio ideal para lograr mayor participación social a través de la tecnología.

Desde esta doble articulación se plantean una serie de cuestiones a partir de la relación entre ciudadanía, prácticas creativas y procesos que inciden en el espacio político y social: 
 ¿Puede la ciudad diseñarse y construirse bajo la lógica de la creatividad compartida y el código abierto? Quién puede participar y cómo se articula un proyecto compartido? ¿Cómo se pueden cartografiar las prácticas existentes en el territorio? ¿Se puede hacer política desde el ejercicio de la ciudadanía activa? Autosuficiencia, co-responsabilidad, prácticas alternativas ... ¿cuáles son las relaciones que se pueden establecer con los gobiernos? ¿Cómo se relacionan políticas y espacios? ¿Cómo se condicionan entre ellos? ¿De qué manera se pueden generar nuevas prácticas culturales? ¿Pueden estas transformar el espacio social? ¿Se pueden generar alternativas a los modelos económicos actuales desde la perspectiva de la creatividad aplicada?

La política de creación y promoción de distritos creativos que estamos impulsando en la Ciudad de Buenos Aires apunta a la reconfiguración productiva de zonas postergadas. Los distritos proponen un destino productivo posible, asociado a las nuevas demandas laborales de una ciudad global, y buscan complementar y ampliar los usos existentes. No hay futuro si no conocemos el pasado y si no entendemos el presente. Cada uno de nosotros construye su mapa de la ciudad, del barrio, de su calle, a partir de la propia experiencia y de su pertenencia a un colectivo en permanente transformación. La tecnología permite que cada uno cuente su propia historia y, entre todos, se construya el relato común.

martes, octubre 18, 2011

Dos reflexiones sobre moda a partir de una lectura

The Antwerp Six

Como casi nunca duermo en los aviones cada vez que viajo lo hago cargado de una pila gigantesca de lecturas pendientes, incluyendo libros, suplementos dominicales y números atrasados del Economist, Fast Company o Wired. El reciente viaje a Cartagena, encantadoramente matizado por dos escalas en Panamá y Bogotá, me permitió ponerme ligeramente al día con estos papeles. Kwintessens, editada por Design Flanders, fue una grata sorpresa en esas lecturas de aeropuerto. 

Como carezco de educación formal en el campo del diseño tiendo a ser autodidacta a los ponchazos, tratando de aprender de la experiencia y del muy buen equipo que me rodea en el Centro Metropolitano de Diseño. La moda es uno de los campos que más me intriga, particularmente por su capacidad para crear sentido e interpretar la cultura. Kwintessens es una de las revistas más interesantes en un ámbito habitualmente representado por publicaciones descremadas y poco ambiciosas. Dos notas de su edición Nro. 3 de 2011 dispararon inconexas reflexiones que pretendo compartir aquí en el blog.

"Dream the world awake" es un artículo sobre la obra de Walter Van Beirendonck, uno de los "Seis de Amberes", el colectivo de diseñadores belga que tomó por asalto la moda global a fines de los 80´ a través de una serie de inteligentes acciones de marketing. La genialidad de esta movida radica en la capacidad de estos diseñadores para hacerse escuchar entre el ruido. A nosotros nos toca la responsabilidad de apoyar a la moda local, caracterizada por un grupo heterogéneo de "diseñadores de autor" (categoría siempre discutida) y una industria con dificultades estructurales (poca escala, falta de insumos, costos elevados, etc.). Hay lecciones muy útiles para sacar de la experiencia belga. La clave es determinar lo que nos hace únicos. El diseñador es un creador de mundos y, por suerte, tenemos una base sólida de talentos a los que apoyar. El desafío es ayudarlos a hacer pie y pensar una estrategia de inserción internacional a largo plazo. 

"Mode en technologie", en la misma revista, analiza los cambios que está generando la hibridación entre tecnología y moda con ejemplos contundentes: Etiquetas RFID y QRtextiles inteligentesmoda y videojuegosmoda virtualmoda personalizadamuy personalizada y otros milagros. A escala local, podemos mencionar a Indarra DTX, empresa que participó en nuestra incursión de este año al DMY en Berlín. Esta carrera hacia el futuro parece contradecir la tendencia hacia un retorno a lo artesanal y el redescubrimiento de materias nobles pero no tienen por qué ser conceptos en pugna. La tecnología también nos permite conocernos, conectarnos, y facilita el intercambio de información a una escala planetaria. Como venimos repitiendo hace rato, la clave siempre es tener la capacidad para contar buenas historias.

miércoles, octubre 12, 2011

Un rápido parte desde el frente


Recientemente tuve el privilegio de participar como orador invitado de IXEL MODA 2011, el 4to Congreso Latinoamericano de la Moda. El encuentro, que se realizó en la maravillosa ciudad de Cartagena de Indias, Colombia, del 26 al 28 de Septiembre, convocó a especialistas del mundo entero a debatir sobre el devenir de la moda desde los más variados puntos de vista (aquí pueden ver la programación completa). 

Como las charlas se daban en simultáneo con una agenda muy ajustada, no pude estar en todas las presentaciones. Me gustaron particularmente las intervenciones de Alex Blanch ("lo ¿latinoamericano?"); Enrico Cietta (fast fashion), Barbara Trebitsch y Chiara Colombi (el modelo italiano en educación de moda); y Andrea Bisker y Catalina Marín (macro y micro tendencias). IXEL supo combinar interesantes contenidos académicos con una pasarela realmente bien organizada en la que  se lució el diseño colombiano y que tuvo al español Francis Montesinos como cierre de lujo.

A mi me tocó compartir un panel con Hada Irastorza, de Corrientes, quien presentó un panorama muy rico del diseño de moda en las provincias argentinas. Yo dividí mi presentación en dos, repasando los objetivos e iniciativas de nuestra Oficina de Moda en el CMD (¡agradezco el insumo clave de Lucía Ponce para el PPT!) y presentando algunas tendencias en el campo de las industrias creativas aplicadas al sector:

Más tarde me tocó oficiar de comentarista de uno de los paneles de cierre, junto a Danilo Cañizares de  Ixel Moda y Carlos Botero de Inex Moda, con quien ya había compartido una conferencia en Santiago a fines del año pasado.

Del viaje quedaron varias puntas concretas para aprovechar hacia el futuro, particularmente en materia de cooperación académica (quizás con Medellín) y con relación a nuestro apoyo a los diseñadores argentinos en el mercado colombiano (estamos participando en ColombiaModa hace ya un par de años). La organización fue impecable y no tengo más que agradecimientos para los amigos colombianos. ¡Ojalá me toque regresar pronto a Cartagena!

(La foto que encabeza el post la robé de acá).

miércoles, octubre 05, 2011

En esa época los llamaban "libros"


La industria editorial, como todas las industrias creativas, está viviendo cambios a una velocidad impensada hasta hace poco tiempo. Dos artículos que leí hace poco dan cuenta de este fenómeno y provocan cierta melancolía (¡al menos a los que somos migrantes digitales!).

Kevin Kelly rescata la gesta de un proyecto que busca preservar la existencia física de los libros impresos:

We are in a special moment that will not last beyond the end of this century: Paper books are plentiful. They are cheap and everywhere, from airports to drug stores to libraries to bookstores to the shelves of millions of homes. There has never been a better time to be a lover of paper books. But very rapidly the production of paper books will essentially cease, and the collections in homes will dwindle, and even local libraries will not be supported to house books -- particularly popular titles. Rare books will collect in a few rare book libraries, and for the most part common paper books archives will become uncommon. It seems hard to believe now, but within a few generations, seeing a actual paper book will be as rare for most people as seeing an actual lion. Brewster decided that he should keep a copy of every book they scan so that somewhere in the world there was at least one physical copy to represent the millions of digital copies. That safeguarded random book would become the type specimen of that work. If anyone ever wondered if the digital book's text had become corrupted or altered, they could refer back to the physical type that was archived somewhere safe.

Mi primera reacción frente a tamaña epopeya fue la incredulidad, seguida luego por cierta ternura asociada al romanticismo aparente de esta buena gente. Pero al rato llegó el sudor frío de pensar en el futuro improbable que quizás motorice al proyecto en cuestión (algo parecido a Mad Max o La Carretera) y me dieron ganas de abrazar bien fuerte a la pila de libros de la mesa de luz.

Seth Godin (vía Ciberescrituras), en cambio, mira con entusiasmo al futuro y plantea una reconfiguración de la biblioteca para que siga siendo una fuente de conocimiento en estos tiempos tan inmateriales. Me gustó la traducción libre de Ciberescrituras:

El bibliotecario es un cazador de datos, de contenidos, es un guía, un sherpa que nos conduce por las rutas desconocidas de los libros y la información, y, más importante, es la interface entre el universo de datos y los poco entrenados pero ávidos y motivados usuarios. (traducción híper libre de sus palabras). Lo mismo podría decirse sin duda de los libreros que cada día más se convierten en unas rara avis del mundo del libro.

Hay que entrar a saco a las bibliotecas para transformarlas nuevamente en centros que irradien el amor por lo que contienen los libros.