viernes, mayo 04, 2007

Qué verde era mi valle


Página 12 y La Nación aprovecharon sus ediciones dominicales para tratar la cuestión de los biocombustibles.



Victor Bronstein titula su nota "La falacia verde" y se muestra transparentemente en contra de la movida:

En las condiciones actuales, la producción de biocombustibles a gran escala es una nueva falacia que provocará aumento en los precios de los alimentos, disminuirá la fertilidad de los suelos y no solucionará el problema energético mundial que se avecina provocado por el alto consumo energético de los países desarrollados y la incorporación de China e India a la civilización industrial.
La Nación, por su parte, plantea algunas dudas (medio ambiente y el dilema de utilizar alimentos para generar combustible) pero le da aire, sobre todo, a los productores locales.

Algunos apuntes interesantes:
  • Las investigaciones en curso pueden cambiar los ejes del debate. "Estas discusiones van para largo y, sobre la marcha, todo puede cambiar a medida que avanza la tecnología. La investigación de alternativas vegetales y los avances en materia de conversión de biomasa en fuente de energía recién comienzan".
  • La opción alimentos vs. fuel no parece afectar a la Argentina. "¿Está entonces la Argentina a la altura del desafío que plantean los biocombustibles? A priori, según Molina, el país "tiene importantes ventajas comparativas debido a que exporta gran parte de la producción agrícola que produce". De este dato se deduce que, en principio, no hay razones objetivas para que en el país tenga lugar -o al menos gane fuerza en lo inmediato- el debate entre alimentos y combustibles ineludible en otros países. Es decir, no debería replicarse aquí el "efecto tortilla", como se llamó al súbito encarecimiento en México de la popular tortilla de maíz debido al uso cada vez más extendido de bioetanol producido a partir de alcohol de maíz en Estados Unidos".
  • La colza es una opción que recién se está explorando en el país. "Así y todo, el negocio todavía es factible porque, además de tener un muy alto rendimiento de aceite (del orden del 45 por ciento, casi tres veces más que la soja), de la colza se extrae harina y un sobrante que sirve para alimento del ganado y para ser industrializado con otros fines".
Por otro lado, Javi me recomendó hace unos días la lectura de un interesante artículo del Foreing Affairs que también es categórico en su punto de vista: How Biofuels Could Sarve the Poor. Vale la pena leerlo. Es cortito pero muy bien documentado y se tira fundamentalmente contra el etanol:
Filling the 25-gallon tank of an SUV with pure ethanol requires over 450 pounds of corn -- which contains enough calories to feed one person for a year. By putting pressure on global supplies of edible crops, the surge in ethanol production will translate into higher prices for both processed and staple foods around the world.
Para concluir, recomiendo la lectura del post "cocinando con biodiesel" del amigo Ulschmidt por su claridad conceptual. Y anoto como ayudamemorias el link a la nota sobre producción de biocombustible a partir de algas, también provisto por Ulschmidt.

PS: Econojota también escribe sobre el tema.

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