Ante la parálisis de Doha y siguiéndole los pasos a Estados Unidos, la Unión Europea ha diseñado una política comercial más agresiva en cuanto a la apertura de mercados y apunta todos sus cañones al Asia. La lógica detrás de dicha estrategia es intentar garantizar el acceso al mercado y garantías respecto a las inversiones de sus empresas en países que están creciendo a un ritmo acelerado. Global Conditions nos cuenta, sin embargo, porque este enfoque está destinado al fracaso.
(Vía: Trade Diversion)
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