Los frutihorticultores chilenos están muy muy complicados por la pérdida de competitividad producto de la devaluación del dólar y las soluciones que les ponen delante no son para nada simpáticas:
La primera vía de ajuste natural es la oferta, ya que por medio de arrancar huertos se reduce la cantidad de fruta ofrecida y con ello aumentan los precios. Lo anterior presenta un alto costo social, ya que conlleva una pérdida en plazas de trabajo del sector. Sin embargo, para algunos productores que se encuentren en precarias condiciones económicas ésta puede ser la única vía de solución.
Vale la pena tener en cuenta estos problemas cuando se discute sobre política cambiaria en Argentina.
El camino ideal es más complejo y genera el desafío de ponerse seriamente a laburar:
Pero hay otras alternativas: es posible mejorar la situación mediante un incremento en la productividad de los trabajadores y la búsqueda de mercados y nichos de alto valor.
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