Muy de vez en cuando, la velocidad de estos días alucinados da paso a una calma casi dolorosa. Como un científico que se ha pasado diez horas con la mirada atravesada por el microscopio y levanta finalmente la cabeza para descubrir, asombrado, que hay un mundo más allá de su universo infinitesimal. Pongamos, por caso, un sábado de tormenta tropical que nos obliga a cancelar planes culturosos y nos entrega a la dulce condena de ver la lluvia caer del otro lado de la hamaca.
¡Estos garabatos mentales tienen que ver con que me han acusado, no sin razón, de aspirational copycat!(*). La seguridad laboral es una de las muchas certezas que hemos perdido en la carrera de postmodernidad. No estoy pensando en la intranquilidad de no saber si mañana tendré un trabajo que me permita morfar sino más bien en el aplomo que da el haber resuelto la cuestión vocacional. "¿Qué sos?", "¿A qué te dedicás?", y otras preguntas por el estilo ya no tienen una respuesta unívoca y relativamente simple. No sólo cambiamos de trabajo a una velocidad que marearía a cualquiera del siglo XX sino que además nuestros propios intereses y proyectos van mutando tan rápido que a veces nos cuesta enterarnos a nosotros mismos de qué va la cosa.
Take me, for example... No sólo "comercio exterior" es un concepto cada vez más ajeno a mi vocabulario (hube de pronunciar milllones de veces "internacionalización" hasta poder articularla sin temor en público) sino que con el tiempo he ido sumando otras inquietudes a una ensalada que se está poniendo decididamente extraña. Siempre me gustaron las ciudades (quizás por haber tenido la suerte de conocer muchas de ellas) y su capacidad de proponer cruces para la acción. De todos modos, todavía me sorprende mi creciente interés por cuestiones urbanas que no recuerdo haber heredado de ninguna academia. Por otro lado, estoy dispuesto a aceptar que mi curiosidad por cuestiones de identidad y genero y el rol de los colectivos sociales como agentes de transformación de su entorno tiene un origen mucho más cercano (¡en más de un sentido!), pero aún así reconozco en esas temáticas una personalísima pasión que se coló por la ventana con una fuerza que no podría asignar a un capricho circunstancial. La idea de unas industrias creativas que busquen sacudir y provocar o la paradoja de una tecnología humanizante son apenas dos ingredientes más en esta mezcla que incluye muchos otros temas de perfil difuso y cambiante. So what?
Supongo que uno tiene que acostumbrarse a esos cambios, al temor de levantarse cada mañana con una vocación parecida a la de anoche pero ligeramente distinta para el ojo entrenado, a la inseguridad de no saber si tengo las herramientas perfectas para hacerme cargo de mi mutante destino... Y quizás, a la larga, uno termina aprendiendo a disfrutar de ese permanente salto sin red, del bolso siempre a medio hacer para poder viajar liviano y le toma, por fin, el gustito a extrañarse cada vez que se mira en el espejo.
Take me, for example... No sólo "comercio exterior" es un concepto cada vez más ajeno a mi vocabulario (hube de pronunciar milllones de veces "internacionalización" hasta poder articularla sin temor en público) sino que con el tiempo he ido sumando otras inquietudes a una ensalada que se está poniendo decididamente extraña. Siempre me gustaron las ciudades (quizás por haber tenido la suerte de conocer muchas de ellas) y su capacidad de proponer cruces para la acción. De todos modos, todavía me sorprende mi creciente interés por cuestiones urbanas que no recuerdo haber heredado de ninguna academia. Por otro lado, estoy dispuesto a aceptar que mi curiosidad por cuestiones de identidad y genero y el rol de los colectivos sociales como agentes de transformación de su entorno tiene un origen mucho más cercano (¡en más de un sentido!), pero aún así reconozco en esas temáticas una personalísima pasión que se coló por la ventana con una fuerza que no podría asignar a un capricho circunstancial. La idea de unas industrias creativas que busquen sacudir y provocar o la paradoja de una tecnología humanizante son apenas dos ingredientes más en esta mezcla que incluye muchos otros temas de perfil difuso y cambiante. So what?
Supongo que uno tiene que acostumbrarse a esos cambios, al temor de levantarse cada mañana con una vocación parecida a la de anoche pero ligeramente distinta para el ojo entrenado, a la inseguridad de no saber si tengo las herramientas perfectas para hacerme cargo de mi mutante destino... Y quizás, a la larga, uno termina aprendiendo a disfrutar de ese permanente salto sin red, del bolso siempre a medio hacer para poder viajar liviano y le toma, por fin, el gustito a extrañarse cada vez que se mira en el espejo.
Seu Jorge...
(*) Habría que patentarlo.
8 comentarios:
DEMANDA
"Siempre me gustaron las ciudades" es marca registrada de Apuntes Urbanos.
(un montón de blableta abogadil)
Será justicia.
al menos te tomaste el laburo de leer toda la blableta avogadril hasta llegar a esa frase! gracias!!
muy buen post, me dejó pensando
creo que en estos casos hay que sacarle el jugo a la vocación actual hasta sacarle todo el jugo posible
cuando esta se gaste sola va a venir la nueva inquietud y de nuevo el mismo ciclo
saludos
julián
estoy de acuerdo, con una mínima variación: las vocaciones habitualmente conviven y eso hace que haya que hamacarse entre temáticas a veces muy diferentes. la clave, imagino, está en pensarse más "liquido", capaz de saltar de un tema a otro con rapidez o, mucho mejor, animarse a la alegre mescolanza y a sus contradicciones.
QUÉ lindo post. Me copan las metamorfosis!! Y bueno, dale para adelante...
Ahora, me quedé colgada del paréntesis ese "en más de un sentido!". Qué quiso decir?
Saludos!
esto internet y todo está hipertextuado, aún si no hay links! digamos que tomé prestado parte de mi interés por esos temas o ahora son (casi) propios.
Nada que ver, pero como muchas veces colgás videos, te recomiendo uno que me acaban de hacer escuchar y que tiene una hermosa melodía. El -lamentablemene breve- duo en el que se yuxtapone el primer verso con el estribillo no se olvida por una semana, garantizado.
Ze Akol Bishvilej (Don Kishot)
"Es todo para tí (Don Quijote)"
Dado que es en hebreo, les cuento que la letra habla de un soñador a quien su damisela le dice en el estribillo "Oh, Don Quijote, no seas tan naive, en este mundo no hay lugar para soñadores, bajá a la tierra, siempre serás mi caballero"
Hugo G.
(Técnico en Producción Musical, ojo)
Gracias Henry por compartir tu polivocación desenfrenada, creo que es lo que se respira en nuestra franja etaria. Más con gente inquieta, movediza y que no para de maravillarse de la cantidad de cosas que hay para aprender, hacer, modificar, etc. Me encantó leerte, me siento acompañada en este camino con mochila a medio armar, siempre con desodorante y perfume por supuesto. Y algo para comer. Luci
Publicar un comentario