Klaus Gutjahr es un personaje muy particular. Me invitó a almorzar un sábado a un lago en las afueras de Berlin y fui domesticando la resaca del viernes a base de bier y tangos. Nos juntamos porque Klaus fabrica bandoneones y tiene ganas de venir a hacerlo a Buenos Aires (no hay producción en Argentina). Después lo acompañé a su estudio y tuve el privilegio de verlo tocar uno de sus instrumentos.
2 comentarios:
Que buena historia. Disfruté muchos los videos.
Y es cierto: es una extraña experiencia escuchar un tanguito lejos de las calles de buenos aires.
gracias! la verdad es que fue una gran experiencia. ojalá que se pueda concretar el proyecto con klaus.
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