Cada tanto hacemos lobby a favor del lobby, práctica muchas veces bastardeada por los new romantics que ven chanchullos en cada apretón de manos (y muchas veces tienen razón). De todos modos, vivimos en este mundo, por lo que, además de Visa, necesitamos a estos personajes para que defiendan nuestros intereses.
Esta reflexión berreta viene a cuento de una noticia breve sobre el lobby que ejercen los empresarios brasileños en Washington para lograr que les prorroguen sus preferencias de acceso al mercado estadounidense:
Una misión brasileña, se hará presente en Washington a partir del 7 de Abril próximo, para pedir que el gobierno de Estados Unidos, le mantenga las preferencias arancelarias a una buena cantidad de sus productos de exportación.
En la actualidad más de 3 mil rubros producidos en Brasil entran a este mercado sin pagar impuesto de importación. Las exportaciones con este beneficio contabilizaron el año pasado más de 3.400 millones de dólares, el equivalente a un 15 por ciento del total de ventas a este país. La exención arancelaria representa solamente para las compañías estadounidenses que exportan desde Brasil, un beneficio de 100 millones de dólares, según la Cámara Americana de Comercio de Sao Paulo.
Ojalá nuestros lobbistas -públicos o privados- estén también encaminando gestiones en esta dirección. Los congresistas norteamericanos, al final y al cabo, necesitan que se los invite a cenar a todo trapo para explicarles nuestros intereses en materia comercial.
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