sábado, octubre 18, 2008

Leaving Deustchland

Después del “Berlín era una fiesta” costó bastante aclimatarse a la mucho más alemana ciudad de Frankfurt. Saqué algunas fotos de reconocimiento el primer día y después me perdí definitivamente en el mundo-feria. El infinito puede vislumbrarse en la Book Messe y a veces deprime un poco comprobar la cantidad de buenos libros que uno nunca podrá leer. Hay muchísimo trabajo por hacer para consolidar la presencia de nuestras editoriales en la feria, en particular de las independientes, que están ofreciendo el material más interesante y arriesgado. Tengo la cabeza colmada de proyectos y la fantasía de dejar todo para concentrar mis energías en un único objetivo, para dedicar la vida entera a perfeccionarlo hasta adquirir la destreza del carpintero.

Vayan entonces algunas fotos de esta ciudad desangelada… al menos hasta el momento (esta noche tenemos una fiesta de los editores independientes alemanes en un galpón de extramuros… ¡Para rememorar Berlin!).
Vuelvo al sur...
















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