sábado, julio 05, 2008

Reunión con el dueño de casa

El lunes 30 de junio nos reunimos con el Alcalde de Beijing. A pesar de ser mi tercera vez en China no deja de sorprenderme el apego a las formas de nuestros anfitriones. Las salas de reuniones tienen, en general, un par de sillas importantes presidiendo el salón y las restantes se disponen de manera enfrentada. El intérprete habitualmente se esconde detrás de un jarrón o un florero.





Salvo excepciones, los únicos que hablan son quienes presiden el encuentro. Siempre se revisan meticulosamente algunos aspectos de la relación (en nuestro caso, el agradecimiento por haber recibido a la antorcha olímpica y la donación efectuada a título personal por el Jefe de Gobierno a las víctimas del terremoto) y cuesta bastante llegar a temas concretos. Los chinos asumen que es necesario generar primero una relación de confianza antes de meterse de lleno en los temas de interés. Macri fue directo al grano y desarrolló varios de los puntos importantes de nuestra agenda (atraer más estudiantes chinos a Buenos Aires, desarrollar nuestro Distrito Tecnológico, conseguir inversiones para las obras de infraestructura, la promoción del turismo, etc.).
















Y el cierre de las reuniones, almuerzos o cenas siempre incluye un ceremonioso intercambio de regalos:

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