Matías (quien supo tener un blog que ahora no encuentro) me manda a leer esta nota sobre el modelo sueco y no puedo más que morir de envidia por su patria adoptiva ("igual, se suicidan porque no tienen nada de qué preocuparse", diría cualquier mesa de café porteña). Destacados:
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Al igual que muchos países de América Latina, Suecia afrontó el desafío de una enorme reestructuración, con privatizaciones de servicios como el ferrocarril o el correo, y promovió la inclusión de actores privados en sectores que le eran delegados exclusivamente al Estado, como la educación y la salud.
"Ahora, el Estado posibilita la libre elección de los ciudadanos en materias básicas de bienestar", explica Rojas, cuando antes los privados solo participaban en la industria o la empresa. "El ciudadano elige a quién se le destina esa plata de impuestos", acotó.
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Similar es el sistema aplicado a la educación, donde los ciudadanos no pagan un centavo extra por enviar a sus hijos a un establecimiento privado. Por el contrario, se introdujo "un cheque o voucher escolar con el que se puede elegir entre una escuela pública o privada. Estas últimas deben atenerse a los programas de estudio oficiales".
Rojas indica que América Latina puede aprender de los cambios de la política sueca, donde persiste "el profundo espíritu de solidaridad y justicia social, pero no como sustituto ni en contra de la libertad individual y la creatividad capitalista sino como su complemento".
Lo nuestro, mientras tanto, más que capitalismo es canibalismo. ¡Salud Matías, ya te iremos a visitar!
2 comentarios:
Enrique,
Lo que Matías cuenta también es aplicable a Canadá, según hace años me contara un colega que lo vivió: al declarar los impuestos, indicas a qué escuela irán tus hijos, y esa escuela recibirá tu impuesto (en la parte proporcional que corresponda). Segundo, la escuela es gratuita, pero incluyendo los materiales...Lo mismo se puede decir de muchos ejemplos, y en muchas áreas. En Argentina, no se trata de que no se pueda: no se quiere.
El seguro de desempleo, por ejemplo: nosotros tenemos ya sesenta y tantos años de "justicialismo". Sin embargo, si tienes suerte, el día que te despiden tendrás con suerte, una indemnización de x años, con las restricciones que el empleador idee. En España, independientemente del sistema de indemnización, tendrás el cobro de tu seguro de desempleo, que te amortigua la transición de un trabajo a otro durante meses, en un número creciente según el número de años que tengas en el sistema (no en un trabajo). Ah, pero España es del primer mundo!. Pero cuando me fuí de Chile, al liquidar mi "finiquito", mi AFP me liquidó mi fondo de desempleo acumulado, que era ya una respetable cantidad.
¿Hablamos de impuestos?...Podríamos seguir así interminablemente. No es que no se conozca. No es que no se "modernice". Es que este estado de cosas es cómodo y conveniente.
De acuerdo contigo. Y, de hecho, es la queja de cualquiera con dos dedos de frente: encantado de que aumenten la recaudación pero sería tanto mejor si pusieran ese dinero a trabajar en beneficio de todos.
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