A fines del año pasado dimos cuenta de la muerte de Niyazov, presidente y semi dios de Turkmenistán, una olvidada ex república soviética en el Caspio (muy rica en gas y otros hidrocarburos, por cierto). Ahora nos enteramos que Berdymukhamedov, nuevo hombre fuerte del país, quiere convertir a Turkmenistán en un jugador turístico global, pero sin dejar de lado algunas de las prácticas non sanctas de su antecesor.
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