Como todos sabemos, a medida que el comercio internacional se liberaliza mediante la reducción de aranceles, los países se las ingenian para generar restricciones de otro tipo que limiten o al menos entorpezcan el flujo de bienes y servicios. De hecho, el comercio entre Argentina y Brasil, supuestamente un canto al mercado común, está atravesado por licencias no automáticas y otras herramientas de protección para determinados sectores.
De todos modos, las barreras no arancelarias pueden ser impulsadas también por los consumidores, en particular de los países ricos (con tiempo para fijarse en estas cosas), quienes exigen alimentos naturales (sellos verdes) o certificados de buena conducta (la tan mentada "responsabilidad social empresaria").
Veamos un ejemplo:
El supermercado británico Sainsbury´s ha anunciado que exigirá que todos sus productos vengan en empaques biodegradables. Sainsbury´s será el primero en provocar un cambio a grande escala de empaques tradicionales a biodegradables y así presionará a los procesadores de alimentos a cumplir con estas exigencias.
Adapt or die!
PS: Más tarde leo esta Q & A a Bhagwati y encuentro algunos conceptos interesantes para sumar al debate. Etiquetar o prohibir parece ser la cuestión.
PS2: Y acá un delicioso racconto del ingenio chino para ocultar sus bajos estándares laborales a través de la tecnología.
PS3: Una nota sobre los malos usos del fair trade en Perú.
2 comentarios:
asi es sr. Se podrá solucionar lo formal del ingreso, pero en lo informal se van a crean tantas barreras que en ciertos casos superan aranceles muy altos.
Y por eso hay que entrenarse, ser rápido con los paneles de la OMC y, sobre todo, preparar a las empresas para que superen dada barrera que nos impongan (certificaciones, sellos, etc.)
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