El NY Times publicó una excelente nota sobre el despegue de la industria de exportación de flores de China. Para los vagos, hay incluso una presentación de diapositivas con audio. Como dice el autor, estamos frente a un estudio de caso sobre cómo China planifica convertirse en potencia global en otro sector productivo.
El arranque es siempre el mismo: los trabajadores de la provincia de Yunnan cobran unos 25 dólares por mes. Pero atrás viene el gobierno, construye puentes, autopistas de 12 carriles y otorga créditos a tasa cero para levantar invernaderos. El gobierno central está preocupado por las provincias fronterizas (como Yunnan), que tienen un alto porcentaje de población musulmana y un desarrollo económico más bien modesto, por lo que invierte fortunas en generar oportunidades para estas regiones... (y, al margen, uno se encuentra pensando en la ecuación -libre pero pobre- vs. -rico y oprimido).
Los productores de flores del mundo entero están aterrados y esgrimen las críticas de costumbre: baja protección de la propiedad intelectual y dumping. Evidentemente están en el horno.
Ahora bien, leo en una publicación chilena que Colombia y Ecuador son los principales exportadores latinoamericanos (¡sospecho que el clima ayuda!). Colombia, de acuerdo con la misma fuente, tiene una superficie cultivada de 4700 hectáreas dedicada a flores y exporta por 600 millones de dólares. En Argentina, surprise, surprise, parece haber nada menos que 5600 hectáreas dedicadas a lo mismo, pero nuestras exportaciones son insignificantes. ¿Alguien puede explicarlo?
Un par de recursos adicionales:
- El CCI mostrando los beneficios del desarrollo de la floricultura en el sur de China en el 2004 (dos años antes que la nota del Times)
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