Hace casi siete años que no venía a esta ciudad y la verdad es que uno no puede más que impresionarse por la velocidad a la que están cambiando las cosas. Más allá del stress previo a las Olimpíadas (que comienzan el 8/8/08 a las 8:00), los ciudadanos de Beijing parecen algo sorprendidos por la metamorfosis de la capital.
El tráfico sigue siendo caótico pero ahora unos prolijos buses articulados circulan por carriles exclusivos y con paradas bien delimitadas y, al igual que en el metro, los pasajeros se entretienen con pantallas planas. A la ciudad le brotan edificios espejados como hongos y todo el mundo parece estar martillando algo. Mientras tanto, los hutongs van desapareciendo entre las torres de concreto y acero.
El viernes me fumé el rush hour volviendo en taxi de una reunión y este es el resultado poco inspirado:
El tráfico sigue siendo caótico pero ahora unos prolijos buses articulados circulan por carriles exclusivos y con paradas bien delimitadas y, al igual que en el metro, los pasajeros se entretienen con pantallas planas. A la ciudad le brotan edificios espejados como hongos y todo el mundo parece estar martillando algo. Mientras tanto, los hutongs van desapareciendo entre las torres de concreto y acero.
El viernes me fumé el rush hour volviendo en taxi de una reunión y este es el resultado poco inspirado:
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