La industria discográfica está realmente complicada: caen las ventas de CD, aumenta la piratería y los sitios web de música "legal" no terminan de despegar. A quienes se arrancan las vestiduras y declaran que la música está en riesgo de desaparecer. Mi ipod, que reboza de canciones de procedencia difusa, podría una especie de Arca de Noe del futuro, atesorando las últimas briznas de creatibilidad musical antes de la hecatombe... ¡pamplinas!
Los que realmente están amenazados son los sellos discográficos, aferrados con uñas y dientes a un modelo de negocios pergeñado para el Siglo XX, y supuestamente protegidos por una legislación que también se quedó en el tiempo. La verdad es que no me inquieta mucho que a Sony, EMI o BMG les vaya mal. La música seguirá existiendo, adaptándose a los nuevos formatos y humores de los distinguidos oyentes.
Por suerte hay mucha gente pensando alternativas. El siguiente artículo, por ejemplo, contiene una clara descripción del problema en cuestión:
Internet pushes the concept of ´free´content, supported by advertising
"There's a whole generation of consumers who think free music is a birthright," said Allan Klepfisz, chief executive of Brilliant Technologies, which is developing Qtrax. "The closer you are with a business model to current consumer behavior, the better your chance of success."
Chris Anderson también da en el blanco:
Y remata su post identificando otra posible solución que, por otro lado, ya puede verificarse en la práctica:Music as a digital product enjoys near-zero costs of production and distribution--classic abundance economics. When costs are near zero, you might as well make the price zero, too, something thousands of bands have figured out.
Meanwhile, the one thing that you can't digitize and distribute with full fidelity is a live show. That's scarcity economics. No wonder the average price for a ticket was $61 last year, up 8%--in an era when digital products are commodities, there's a premium on experience. No surprise that bands are increasingly giving away their recorded music as marketing for their concerts, which offer something no MP3 can match.Estamos, evidentemente, ante un cambio de paradigma. Experiencia, lo que garpa es la experiencia única, privada, personal: CDs más baratos y con un arte de tapa para coleccionar; discos seriados con, por ejemplo, ¿pelos del artista?; conciertos buenos, íntimos, caros; el CD original que te la posibilidad de chatear con el artista... who knows!
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