La reflexión en torno a la ciudad creativa está cada vez más de moda y a mi me toca el honorable trabajo de refritar las contenidos interesantes que pesco en la red, convenientemente sazonados con mis monólogos de ocasión. Qué constituye una ciudad creativa es materia de extensa discusión en la literatura por lo que seguiremos adentrándonos en el laberinto de citas cruzadas con la esperanza de acercarnos a la presa.
Hace poco aprovechamos un ranking de ciudades vivibles publicado el año pasado por Monocle para plantear los dilemas que generan este tipo de categorizaciones. Un artículo publicado recientemente en el blog Future of Business avanza en la misma dirección:
This is all fine and understandable – to a degree. But as Edwin Heathcote, the “Financial Times” architecture correspondent, pointed out in a recent article, having proximity to the great outdoors, efficient transport systems and a substantial number of coffee shops does not necessarily add up to a city that actually draws in the innovative and creative people who can make a place so vibrant and an attractive tourist attraction. Offer a couple of teenagers the option of a weekend in Munich or Vancouver (traditional stars of liveability lists) over Los Angeles or New York and see what kind of reaction you get.
El comentario es interesante a la luz del "problema" identificado en el post anterior: Ciudades que no califican en los índices construidos por los teóricos pero que sin embargo resultan mucho más atractivas por cuestiones inherentes a su identidad (¿Rio de Janeiro o Hamburgo? ¿Atlanta o Estambul?). Parece hacer falta una nueva categoría de ciudad creativa "emergente" para dar cuenta de este fenómeno: Ciudades del mundo en desarrollo que llaman la atención por su cultura vibrante a pesar de la falta de recursos (o quizás, justamente, gracias a ello).
Una de las diapositivas de mi charla de marzo en Pamplona decía: "No son los edificios sino las personas" y hacía referencia a los nuevos espacios culturales urbanos que están surgiendo en toda Europa, planteando la necesidad de dar más importancia a los contenidos que a la infraestructura. El artículo "Contenedores sin contenido" se extiende sobre el mismo tema de manera mucho más interesante y a través de varios ejemplos pone en duda la inversión pública en estos proyectos faraónicos. Desde el sur del sur tranquiliza saber que no estamos condenados a correr la carrera de los recursos económicos, pero también aparece con mucha claridad la responsabilidad de generar propuestas que sean atractivas pero también inclusivas.
Nuestras ciudades son creativas por las clases creativas que las habitan y en nuestro caso esos colectivos se desarrollan en contextos diferentes a los de metrópolis de Europa o Estados Unidos. En el cruce entre industrias creativas e inclusión social aparece un campo de experimentación que vale la pena explorar en profundidad, particularmente desde el Estado. El proyecto A gente transforma comandado por el diseñador brasileño Marcelo Rosenbaum es un ejemplo de los cientos de miles que se están dando en nuestras ciudades, apelando a la creatividad para dar respuesta a problemas bien reales:
A transição de um sonho para a vida real na comunidade Parque Santo Antônio, na zona sul de São Paulo. Idealizado pelo designer Marcelo Rosenbaum, o projeto A Gente Transforma concretizou uma de suas principais propostas: a inauguração da Biblioteca para Todos. “Pude ver uma comunidade feliz com o espaço e isso não tem preço. É gratificante. Devo este momento a todos que construíram esse sonho conosco”, conta Rosenbaum à Casa e Jardim. A construção chama atenção pelo visual divertido e cheio de cores.