Por el blog de Omar Genovese llego a la crónica de Patricio Pron en Etiqueta Negra sobre su participación en la gira promocional del libro "La Joven Guardia. Nueva Literatura Argentina" en España en febrero de este año (Maxi Tomas, escritor y antólogo de la publicación, también menciona el tema en su blog).
La crónica es brillante y malvada y vale la pena leerla de punta a punta. Entre copas, charlas trasnochadas, hoteles de mala muerte y presentaciones algo vergonzosas, Pron va pintando a tres escritores "jóvenes" desesperados por el reconocimiento europeo y, sobre todo, deseosos de ser incorporados más temprano que tarde al omnipresente mercado. Más allá de los jugosos comentarios en el blog de Genovese, la verdad es que el artículo no me pareció tan lapidario. Me dan más bronca los gestos patoteriles de argentinidad al palo que la sinceridad de los escritores respecto a la necesidad de vender sus benditos libros.
La literatura está recorriendo el mismo camino que la música respecto a la separación del artista de su obra. El mercado arrastra a los autores a convertirse en estrellas y los obliga a escribir blogs, producir libros con la eficiencia de una máquina y salir de gira circense para beneplácito de gente que lee cada vez menos y entonces requiere del roce con la fama para satisfacer su onanismo literario. Cualquiera que se largue a escribir merece cierto respeto y es entendible la perplejidad de los "descendientes de Borges y Cortázar" (como dice el artículo de Prom) respecto al lugar en el que tienen que pararse en la cancha.
La crónica es brillante y malvada y vale la pena leerla de punta a punta. Entre copas, charlas trasnochadas, hoteles de mala muerte y presentaciones algo vergonzosas, Pron va pintando a tres escritores "jóvenes" desesperados por el reconocimiento europeo y, sobre todo, deseosos de ser incorporados más temprano que tarde al omnipresente mercado. Más allá de los jugosos comentarios en el blog de Genovese, la verdad es que el artículo no me pareció tan lapidario. Me dan más bronca los gestos patoteriles de argentinidad al palo que la sinceridad de los escritores respecto a la necesidad de vender sus benditos libros.
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1 comentario:
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