Florencia me pasó hace tiempo una serie de papers sobre information cities, un concepto interesante y con muchas acepciones. Al fondo de la pila virtual estaba el artículo Re-inventing place. Birmingham as an information city?, de Frank Weber, al que confieso haber encarado con bastante desdén por lo vetusto de su fecha de publicación (el 2001, orillando apenas el siglo pasado).
El trabajo revisa críticamente el desarrollo de Birmingham en los últimos, un caso aparentemente exitoso de nuevo urbanismo que permitió transformar a la ciudad industrial de mediados del siglo XX en un paraíso del multiculturalismo service oriented:
Más adelante, el propio autor identifica el problema principal de esta nueva version del fin de la historia:
El sentimiento de pertenencia se erige así en el valor fundamental para motorizar la vida en sociedad y como defensa a un sistema que tiende a homogeneizar la oferta, volviéndola "customizable" y aséptica. Es una advertencia fundamental para que tengamos en cuenta sobre todo quienes sostenemos una visión iluminista-optimista-boludona-pasada-de-moda de la capacidad del ser humano para progresar y generar un desarrollo más equitativo. Las ciudades no son neutrales. Todo depende de lo que hagamos con ellas.
El trabajo revisa críticamente el desarrollo de Birmingham en los últimos, un caso aparentemente exitoso de nuevo urbanismo que permitió transformar a la ciudad industrial de mediados del siglo XX en un paraíso del multiculturalismo service oriented:
However, Webster is less sanguine about attempts to transform Birmingham into a knowledge city because lage swathes of the city´s population play little or no role in the emerging new economy. He ends by questioning why there is such an aire of inevitability about the new urbanism and why the "dull compulsion" of economics continues to exercise its dominant influence. In particular, he highlights the ways in which the vision from metropolitan elites of a brave new economy sidelines the experiences of many urban dwellers, especially the elderly for whom the new urbanism means little apart from a loss of community.
Más adelante, el propio autor identifica el problema principal de esta nueva version del fin de la historia:
A yearning for belonging, for being part of a group whose values one shares and whose habits are one´s own, where one may feel comfortable and cared for, where one may achieve a full sense of identity, seems to me still to have resonance.
El sentimiento de pertenencia se erige así en el valor fundamental para motorizar la vida en sociedad y como defensa a un sistema que tiende a homogeneizar la oferta, volviéndola "customizable" y aséptica. Es una advertencia fundamental para que tengamos en cuenta sobre todo quienes sostenemos una visión iluminista-optimista-boludona-pasada-de-moda de la capacidad del ser humano para progresar y generar un desarrollo más equitativo. Las ciudades no son neutrales. Todo depende de lo que hagamos con ellas.
1 comentario:
Sep. Está bueno guardar un lugarcito crítico ante todo lo que nos encandila... especialmente a quienes tenemos una innata tendencia idealista-naïf ;) beso
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