La máxima socrática vive en Internet como en ningún otro lado. La excitación original de la biblioteca infinita se troca rápidamente en desesperación por las miles de puntas que van apareciendo. De un plumazo, por ejemplo, me entero de la existencia de Urbanicity y su iniciativa The Cities Exchange, que por ahora es un sitio feo que probablemente empiece a escupir contenido interesante a partir de septiembre. Muerto de vértigo por el abismo de mi ignorancia, navego 30 segundos estos sitios y caigo en este evento diabólico. ¡Qué buena época la de las competencias de buscaminas!
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