No soy muy imparcial con el Economist: ¡me gustan hasta los avisos y las cartas de lectores! Es un vicio (bastante caro) que se me pegó en la facultad y nunca lo pude dejar.
Como buen fanático, me suscribí a las Cities Guide para entarme regularmente sobre lo que pasa ahí afuera. Para mi sorpresa, la guía de Buenos Aires que envían todos los meses no lleva más que malas noticias. Cualquiera que la lea regularmente seguramente piense que aquí no hay más que catástrofes naturales, crimenes aberrantes y políticos corruptos. No niego que seamos prolíficos en estas delicias, pero no vendría mal hablar de vez en cuando de la recuperación económica, o el desarrollo cultural en la ciudad, o los nuevos emprendimientos que van surgiendo en su geografía.
Hace un tiempo, ya indignado, escribí una carta en la que señalaba este despropósito, comparando las coberturas de Buenos Aires y Johanesburgo... todavía espero una respuesta.
Hace un tiempo, ya indignado, escribí una carta en la que señalaba este despropósito, comparando las coberturas de Buenos Aires y Johanesburgo... todavía espero una respuesta.
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