The Antwerp Six
Como casi nunca duermo en los aviones cada vez que viajo lo hago cargado de una pila gigantesca de lecturas pendientes, incluyendo libros, suplementos dominicales y números atrasados del Economist, Fast Company o Wired. El reciente viaje a Cartagena, encantadoramente matizado por dos escalas en Panamá y Bogotá, me permitió ponerme ligeramente al día con estos papeles. Kwintessens, editada por Design Flanders, fue una grata sorpresa en esas lecturas de aeropuerto.
Como carezco de educación formal en el campo del diseño tiendo a ser autodidacta a los ponchazos, tratando de aprender de la experiencia y del muy buen equipo que me rodea en el Centro Metropolitano de Diseño. La moda es uno de los campos que más me intriga, particularmente por su capacidad para crear sentido e interpretar la cultura. Kwintessens es una de las revistas más interesantes en un ámbito habitualmente representado por publicaciones descremadas y poco ambiciosas. Dos notas de su edición Nro. 3 de 2011 dispararon inconexas reflexiones que pretendo compartir aquí en el blog.
"Dream the world awake" es un artículo sobre la obra de Walter Van Beirendonck, uno de los "Seis de Amberes", el colectivo de diseñadores belga que tomó por asalto la moda global a fines de los 80´ a través de una serie de inteligentes acciones de marketing. La genialidad de esta movida radica en la capacidad de estos diseñadores para hacerse escuchar entre el ruido. A nosotros nos toca la responsabilidad de apoyar a la moda local, caracterizada por un grupo heterogéneo de "diseñadores de autor" (categoría siempre discutida) y una industria con dificultades estructurales (poca escala, falta de insumos, costos elevados, etc.). Hay lecciones muy útiles para sacar de la experiencia belga. La clave es determinar lo que nos hace únicos. El diseñador es un creador de mundos y, por suerte, tenemos una base sólida de talentos a los que apoyar. El desafío es ayudarlos a hacer pie y pensar una estrategia de inserción internacional a largo plazo.
"Mode en technologie", en la misma revista, analiza los cambios que está generando la hibridación entre tecnología y moda con ejemplos contundentes: Etiquetas RFID y QR; textiles inteligentes; moda y videojuegos; moda virtual; moda personalizada; muy personalizada y otros milagros. A escala local, podemos mencionar a Indarra DTX, empresa que participó en nuestra incursión de este año al DMY en Berlín. Esta carrera hacia el futuro parece contradecir la tendencia hacia un retorno a lo artesanal y el redescubrimiento de materias nobles pero no tienen por qué ser conceptos en pugna. La tecnología también nos permite conocernos, conectarnos, y facilita el intercambio de información a una escala planetaria. Como venimos repitiendo hace rato, la clave siempre es tener la capacidad para contar buenas historias.
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