martes, agosto 18, 2009

La mentira de la cultura


Encontré este muy buen texto brasileño sobre cultura popular e hipocresía discursiva:

Há um claro oportunismo político nessa escolha da cultura como válvula de escape para a desigualdade social, especialmente numa situação em que as vias convencionais de inclusão social – habitação, saúde, educação e emprego – estão bloqueadas. Isto é negativo, não só para a cultura, mas para a própria cidadania que se quer promover, além de não alterar nada na estrutura que reproduz aquela situação. Os “socialmente excluídos” são iludidos mais uma vez, com uma espécie de “atalho” que dificilmente os levará de fato àquilo que nunca tiveram: instrução, trabalho e possibilidade de desenvolvimento pessoal. Eles são, além disso, forçados a viver uma segunda vez sua situação de exclusão, encenando-a como espetáculo para uma platéia comovida e bem intencionada. Por outro lado, a própria idéia de “cultura” é amesquinhada com propósitos eleitorais, empresariais ou simplesmente pessoais. Instrumentalizada, ela passa a fazer parte do marketing institucional de governos, empresas e organismos os mais diversos, além de reforçar o curriculum vitae de novos burocratas, futuros candidatos e eternos “líderes comunitários”.

4 comentarios:

H dijo...

El texto me hizo acordar a la siguiente fábula del viejo, el niño y el burro. Lo reproduzco como lo recuerdo, sumándome al hilo de memoria colectiva que transforma y perpetúa las historias.

Habia una vez un viejo y un niño que estaban llevando un burro de un pueblo a otro para venderlo. Pasaron delante de unos campesinos que se burlaron de ellos: "¡Qué tontos! Llevando un burro y caminando. ¿Por qué no lo montan?"

Entonces el viejo subió al niño -asumamos que era su nieto- al asno y siguieron su camino.

Al rato encuentran un grupo de hombres que exclamaron "Un niño tan joven montando al animal mientras su abuelo se fatiga caminando. Habráse visto tamaña desvergüenza".

Intercambiaron su lugar y a los dos km se encontraron con unas mujeres que, como se pueden imaginar, manifestaron su desagrado: "Qué hombre cruel. ¡Viajando cómodo mientras el pobre niño se muere de cansancio!".

Finalmente se subieron los dos al burro, el que sin poder soportar el peso, a los pocos kilómetros cayó desplomado para nunca más levantarse.



La historia tiene varias moralejas, siendo la obvia "hagas lo que hagas, siempre te van a criticar". Hilando más fino, hacer te expone inevitablemente a las críticas, muchas de las cuales serán justas pero otras serán injustas y de mala fe, y de todos modos nunca vas a poder contentar a todos.

Como corolario, siempre voy a estar más del lado de los que intentan hacer antes que del de los que se pasan la vida criticando a los demás (sean el objeto de la burla amigos, familiares, funcionarios o empresarios).

"Ce qui me critique, lâche-moi la bite"
Pierre Bourdieu, filósofo francés (1930-2002)

[Frase apócrifa que traduje al francés para que quedara más verídica]

H dijo...

Terminé agrandando mi comentario y posteándolo en mi blog.

Johana Kunin dijo...

muy bueno E.
paso a robarlo.
saludos cariocas

Enrique Avogadro dijo...

h, interesante fábula e interesante post. j, robe sin culpa: acá somos fans del copyleft!