jueves, agosto 13, 2009

Dicen las malas lenguas


El Instituto Cervantes avanza en la conquista idiomática del jugoso mercado brasilero y Noé Jitrik se enoja, con razón, de la notable ausencia argentina. Propone, sin embargo, una solución facilista y errónea: obligar a nuestros vecinos a hablar en argentino. La realidad es que España está ocupando espacios que nosotros deberíamos haber aprovechado hace tiempo.

Desde el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires estamos impulsando la internacionalización de servicios educativos e idiomáticos y tenemos a Brasil en la mira (en la segunda mitad del año organizaremos una ronda inversa, similar a la que hicimos hace unos meses con Estados Unidos). De todos modos, sigue faltando una política de estado que deje de acomplejarse por la creciente importancia global de nuestro vecino y en cambio vea al Brasil como una tremenda oportunidad.

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