En Brasil las grandes empresas (y hay muchas en el país vecino) están tomando nota del potencial que representa para ellas el conectarse a la cultura emprendedora. La innovación, ese grial tan elusivo, se produce cada vez más fuera de las rígidas fronteras de estas multilatinas por lo que muchas se afanan por alcanzarla en su origen. Dos ejemplos en distintos sectores de la economía ilustran bien el fenómeno.
La industria petrolera brasilera está viviendo un boom a partir del descubrimiento de enormes reservas en el pre sal (formación geológica submarina) y Petrobras aparece en el centro de todos los desarrollos en el sector. Sin embargo, a la sombra del gigante está brotando un sinfín de nuevas empresas que proveen soluciones extremadamente innovadoras para responder a los desafíos energéticos de Brasil. Muchas de estas compañías surgen de las universidades y están formadas por investigadores que por primera vez se atreven a emprender. Es un cambio de paradigma para países como los nuestros en los que hay casi nula relación entre la academia y el sector privado. Petrobras y otras multinacionales que operan en Brasil abrazan la causa con entusiasmo, abriendo sus datos a los start ups e invirtiendo en ellos (Vale la pena leer el artículo "Um mar de ideas" en la revista Veja de Brasil del 24/10/2012. El link lamentablemente no está en línea).
El segundo ejemplo es también interesante por lo novedoso, sobre todo para el contexto regional. Skol, una de las cervezas más populares de Brasil, abrió una oficina en Palo Alto (Silicon Valley) para explorar nuevas formas de vinculación con los consumidores a través de la tecnología (puede leerse más sobre el tema en la revista Época Negócios de Octubre 2012).
Argentina es un campo fértil para el emprendedorismo y en los últimos años han nacido proyectos enormemente innovadores. Ojalá nuestras grandes empresas (y pocas multilatinas) sepan aprovechar esta oportunidad.